Y bien, aquí estamos, después de todo.
Son las 11:50 pm de un 31 de diciembre del 2005 y yo estoy tirado en la cama, boca abajo, el dolor de estómago no me ha dejado desde la tarde y se ha vuelto insoportable, tengo nauseas y en verdad me duele el estómago. Al parecer hoy no habrá cena para mi, pero al menos este año no estoy solo, el año pasado me la pase acompañado de una botella de vino y con el Real de catorce cantándome “al rojo de la tarde”, esta noche no es así, escucho canciones tradicionales que despiden al año y mis primos hablan de pavadas y problemas de cualquier adolescente de 15 años. Tengo hambre pero me duele el estómago, me he tomado una pastilla hace media hora y espero que tenga un efecto bizarro en cuanto la combine con el vino de este año y las cervezas que me esperan.
Con trabajos me levanto de la cama, el dolor comienza a pasar y en la televisión vislumbro a tres idiotas que se supone son presentadores y despiden el año transmitiendo desde el interior de un antro, promocionando a la cerveza Modelo mientras hablan de lo cotidiano que resultan sus figuras estereotipadas y sus vidas emergidas y minimizadas a niños bien, los auténticos freskis que uno encuentra en cualquier antro.
Se me acaba el año, se me terminó el 2005, estoy a escasos 5 minutos y esto me hace ver en retrospectiva, me hace pensar en todo lo que faltó y en todo lo que se logró en estos días, en estos meses y en estas horas gastadas. Este año fue muy importante para mi, sin miedo a equivocarme podría decir que fue el año definitivo, fue un año de cosas importantes, fue el año decisivo en mi vida, el año que me termino de definir como persona.
En este año terminé mis estudios, podría decir que logré la hazaña de terminar, cerré muchas bocas al hacer lo que nadie esperaba, al hacer y lograr lo que todos apostaban que nunca terminaría, este año por fin pude lograr uno de mis sueños más grandes y recurrentes, por fin pude viajar a mi querida Argentina, a mi gran Buenos Aires y de paso conocí otros lugares, aún recuerdo los días previos al viaje en los que me preguntaba ¿para qué voy si no tengo ningún pariente? Pero supongo que siempre es conveniente conocer otros países.
Este año conocí a mucha gente nueva, a personas importantes para mi, a gente que a partir de ahora formará parte de mi banda, de mi familia y de mi vida.
Este año logré perdonar a una persona con la que ya se había ido todo a la mierda, me logré perdonar, a partir de este año me llevo bien conmigo mismo y hasta puedo decir que me agrado un poco, me he vuelto un experto en Giallo y me conozco a la perfección, me gusta eso, conocerme a la perfección.
Pienso y mientras le doy la última checada al reloj pienso en todo lo que ha ocurrido, es grandioso e impresionante todo lo que puede cambiar en un año, perdí muchas cosas y gané otras tantas, no quisiera hacer el recuento de los daños porque estoy seguro que de hacer cuentas la vida me saldría debiendo, sin embargo, ya no hay tiempo para eso, ya no es tiempo para eso, ya está, lo que pasó pasó y estamos a unos cuantos minutos de empezar otras cosas. Quizá sea por eso que me gustan los principios de año, es como si todo se cerrara, un capítulo más, se termina el año y es momento para empezar de nuevo, es como si todo regresara al principio y todos tuviéramos una segunda oportunidad. En estos momentos me pregunto muchas cosas: ¿dónde estaré el próximo año? ¿qué viviré en estos nuevos meses? ¿a quien conoceré? ¿qué nuevos lugares veré? ¿qué cosas aprenderé? ¿qué cosas perderé? Son demasiadas interrogantes para este último escrito, pero el abuelo dice que la buena literatura no es la que da respuestas sino la que nos plantea preguntas y en eso estoy de acuerdo.
En este 2005 conocí nuevos lugares, aprendí nuevas costumbres y nuevas palabras, comí cosas diferentes y me volví a reencontrar con personas por demás extrañadas, me alejé de las cosas que me hacían daño, tuve mis transformaciones de borracho nocturno, de proletario abnegado y de pudiente, mis noches de burgues en los que visitaba bares carísimos y me compraba botellas de whisky refinado, hice sentir mal a muchas personas y muchas personas me hicieron sentir mal, conocí a una mujer impresionante y estoy muy agradecido por ello, enfrenté mi fobia a las alturas, logre cumplir las fotografías que me tenia prometidas desde hace mucho tiempo, dormí en banquetas trasnochadas de alcohol y en hoteles de 4 estrellas, logré comprarme no uno sino dos pares de tenis topper que hoy por hoy son de mis grandes tesoros, me emborrache con mezcla y con cerveza quilmes, viví lo que es un clásico de fútbol argentino entre Boca y River, he tocado fondo y he rozado el cielo, tuve una graduación muy chingona y momentos inolvidables, tengo más de cien fotos en mi mente y en mi computadora, gasté muchos minutos en cosas que de verdad valen la pena y ya tengo nuevas canciones que me recuerdan cosas tan buenas que no las cambio por nada. Sin embargo, no todo es alegría, no todo es bueno aunque por fortuna el año ya acaba y eso se queda ahí, es momento de dejarlo atrás. Pienso en todos los que no son tan afortunados como yo y me llega un sentimiento de vacío, de inconformidad, por desgracia no todos podemos estar bien siempre, así es la vida, es así como funciona. También a lo largo de todo esto hemos tenido perdidas, me enteré que murió un amigo mío, la verdad me ha pegado, aún no lo puedo creer, tan solo hace unas semanas lo vi, hay ciertas ocasiones en que la vida no vale nada pero aquí hay que seguir, aquí estamos y ni modo. No sólo es eso, también perdí a muchas personas importantes en mi vida, algunos amigos, todo cambia, ya no tengo más clases vespertinas de cábula incoherente, hoy los amigos ya no están más, ya cada quien va tomando su camino y lo que era la banda poco a poco va desapareciendo, se me va escurriendo entre los dedos y no hay nada que yo pueda hacer, supongo que es normal, es el curso de la vida y hoy lo entendí, por este día no hay reproches para nadie, no hay rencores contra nadie, solo quedan los recuerdos de lo que un día fue, de lo que logramos, de lo que fuimos parte y de lo que formamos por un tiempo, esa banda que una noche tomó un cuaderno donde muchos firmamos y prometimos cosas que no pudimos cumplir al final, y no es nuestra culpa, simplemente la vida dio muchas vueltas y nos llevó por caminos diferentes, sólo nosotros sabemos que no firmamos con la intención de no cumplir, supongo que no lo aprendimos pero por fortuna aún creo en el error humano. Faltan pocos minutos, falta nada y entonces entiendo que la vida es otra cosa, nos preocupamos por pequeñeces cuando la vida esta ocurriendo en este mismo instante, viene en cosas más grandes, más allá de nuestro entendimiento, ahora es cuando comprendo que nadie nos prometió un mañana, no tenemos un amanecer comprado y es por eso que trato de hacer que cada minuto en mi vida valga la pena, trato de formar y de cambiar en algo la vida de los demás y sólo así sabré que no he vivido en vano, solo así comprendo que de algo sirvo en este mundo, siempre tratando de hacer buenos momentos todos los días, todos los putos días, sin descanso, solo así es un poco más soportable vivir en este planeta en dónde todo está mal, en donde cuesta tanto hacer lo correcto, a veces a mi me cuesta mucho trabajo hacer lo correcto y sin embargo, lo hago.
Me detengo a pensar, a menudo me descubro pensando en como será mi vida en cinco años, en tres meses, en una semana o mañana mismo pero no me hace mucha ilusión, prefiero no pensar, prefiero que el destino me sorprenda aunque tenga que soltar diez lágrimas por cada sonrisa, aunque tenga que recibir siete mentadas por cada gracias, porque al final eso es la vida y no me quejo, solamente lo señalo.
Hoy por eso me despido, este es el último escrito de este año, no sé en donde estaré mañana, no se si podré seguir escribiendo, solo sé que se hará el esfuerzo de seguir adelante, levantándose del fango, haciendo la diferencia, no sé si esté aquí el próximo año, no sé si soy mejor o pero que antes, sólo puedo decir que sigo caminando de frente al sol y así seguiré hasta que pase otra cosa. Hoy no tengo la certeza de nada, me siento como una computadora de cara a la falla de diciembre, quizá mi hijo “vicente” siga conmigo o tome la decisión de mudarse, quizá seguiré aborreciendo a la Big Mamma y a la música de negros (hip hop y el reggaeton), quizá inventen algo más patético que la música de RBD o Moderatto, seguramente seguiré odiando las series cómicas de negros y los videos de negros bailando con negras en yates lujosos con sus ropitas blancas y joyas costosas, quizá siga odiando a Martín Lawrence y al negro Iñarritu (no es nada personal abuelo), quizá este año regrese a la tierra de los pibes y podremos seguir haciendo asados con vino y picadas, o puede ser que siga aliándome porritos los viernes con Chema o quizá este año pueda llegar hasta tierras madrileñas, quizá por fin se me cumpla el otro sueño de ver a Manu Chao en vivo desde Guadalajara o desde Paris, quizá el abuelo y yo nos seguiremos poniendo más viejos y desencantados por una vida que nos dio la espalda, quizá el chino siga siendo el mismo pantuflas o por fin salga del embrujo al que lo tienen sometido, pero no creo, me seguirá doliendo la rodilla en cada partido y seguiré jugando seguramente, seguiré teniendo a los mismos enemigos de siempre y seguiré agradeciéndoles por darle ese maravilloso sentido a mi vida, posiblemente este año pierda más amigos de los que gane y seguiré soñando con ver a mis chivas ganar un campeonato más, seguiré odiando a los pumas y a la UNAM, seré el mismo detractor de George Lucas y Pearl Jam, pero de todo eso no tengo la certeza.
Y bien, esto se terminó, son las 12 en punto y aquí vamos, estamos justamente en la transición de un ciclo, la renovación de lo viejo, de lo pasado, de lo acontecido, ¿cuántos poemas e historias me inventaré este año? ¿cuántos escritos más podré terminar? No lo sé, así como no se si el dolor de estómago se me pasará pronto, solo sé que no tengo uvas ni creo en los doce deseos, tampoco hice propósitos de año nuevo ni esas cosas que se suelen hacer, no salí con mi maleta a la calle ni barrí el patio de mi casa, no tengo calzones rojos no fotos para el recuerdo de este día, solo tengo una corbata nueva, la camisa y el pantalón también, pero no lo hice con intención de crearme el mito de las supersticiones de estrenar cosas en el fin de año, simplemente lo hice porque quería estrenar algo desde hace mucho, quería disfrazarme de caballero de alcurnia, de hombre de mundo, de garufo porque en los años pasados me la sudaba estar de pants y sudadera, nada ostentoso, pero hoy no, hoy haremos las cosas de diferente manera solo por mera curiosidad.
Y al momento de hacer los supuestos deseos bajo las 12 campanadas no pude más que pensar en nada, la verdad no se me ocurrió desear nada, creo que ya lo tengo todo y estoy feliz por ello mientras veo en la televisión a los tres idiotas del antro gritando como loquitos, bailando y gastando simpatías hipócritas, rudimentarias, desgastadas y de mal gusto. Me di cuenta de que todo lo que podría desear ya lo tengo, soy dueño de un par de piernas que me llevan a donde quiero, solo debo poner atención de a donde encamino mis pasos pues si no los controlamos nos pueden llevar a lugares impensado, tengo una imaginación para inventarme cosas que escribir, mis ojos están bien y me permiten ver cada atardecer que como ya sabrán me encantan, tengo hojas y lápiz para seguir dibujando formas extrañas que permitan expresar mi manera de ver este mundo, tengo un balón viejo y mis libros de cabecera, mis películas de Tarantino y Julio Medem, mi salud no está tan mal y mi familia aún está conmigo, tengo amigos amargos y tristes pero finalmente son míos, si lo pienso bien y lo veo detenidamente creo que ya lo tengo todo, solo me queda desear una última cosa, solo puedo desear que a partir de hoy primero de enero del 2006, todos y cada uno de ustedes, de ti querido lector, tengan y tengas una vida feliz como la mía, pero ojo, sí y solo sí te la has ganado, solo si has trabajado duro por ella. Esa es la regla y es lo justo.
Pero bueno, el año ya empezó y el dolor nunca se fue, el estómago me sigue dando retortijones y eso me pone mal, aún así me tomare mis tintos que para eso compré mi botella, será que el Thruman Show también se ha renovado, ¿será un mal presagio? ¿cómo debo interpretarlo? Puede que esto sea así, puede ser que el destino me quiere decir que este año será así, como un dolor de estómago, ¿será esto una señal? Por mi bien espero que no. Ültimo escrito de Giallo Ishambao, o primero, según se quiera ver. Diciembre Enero 2005 / 2006...
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