“Llegué a un punto donde mi necesidad de encontrar una solución fue reemplazada por la poesía de mi continuo fracaso.” Charles Simic...
A veces, solo por momentos quisiera ser más estúpido de lo que soy para no darme cuenta y no entender, sin que me causara la menor complicación. A veces quisiera ser tan bodrio para no darme cuenta de que mi vida es un rotundo fracaso, de que me estoy yendo a pique y de que finalmente ya no me importa. Hoy estoy muy cansado, muy agotado, es muy pesado vivir así día con día, sin esperanza de nada, realmente ya no espero nada y simplemente me levanto por inercia, duermo sin sueño y cuando me acuesto ya no descanso, es más, creo que me levanto más cansado que antes y esto se va acumulando, en vez de descansar me voy cansando más y más hasta el punto de querer estar completamente solo con mis remordimientos y mis ideas equívocas sobre el mundo. Actualmente sufro de insomnio, por las noche no puedo dormir y por los días permanezco en un estado de letargo, abandonado del mundo, soy una especie de antihéroe taciturno en busca de la defensa entre las causas perdidas, cuando uno está así nunca estas dormido pero tampoco estás despierto realmente . Me encuentro abrumado por la intangibilidad de mi vida precaria, me preocupa el hecho de que poco a poco ya nada me va llenando, sigo buscando pero ya nada encuentro o al menos ya nada nuevo, mis maestros me han abandonado y aunque pienso que ya era hora me doy cuenta de que aún no estoy del todo preparado. Me encuentro entonces buscando un camino bajo la inmensidad de este cielo de un mundo imperfecto. El cielo, un espacio que para mi encierra el misterio de no saber si todo será como debe ser. El domingo jugué todo el día hasta sentir las piernas cansadas, a punto de reventar en venas llenas de ácido láctico, es mi manera de desconectarme de mi mundo, de este mundo y de su realidad. Llegué a descubrir que en una cancha me siento tranquilo, solo pienso en el balón y nada más, allí no existen mis problemas familiares, no existen horarios de trabajo ni desencantos amorosos, es allí donde he encontrado mi sistema de pertenencia, no hay avaricia por el dinero ni cosas nacientes de plusvalías existenciales. Supongo que por eso los futbolistas apasionados como yo se encierran dentro de un balón, el fútbol es como la vida, cuesta trabajo y hay que comenzar lo mismo muchas veces, una y otra y otra vez hasta que salga, hasta que se logre anotar un gol. Cuando lo llegas a anotar la felicidad es tan grande que se te olvida que no eres dueño de nada, en el juego soy parte de un equipo, soy parte y engrane de un todo, todos me necesitan y yo necesito de todos, así es como debiera ser, el esfuerzo de todos es tan grande que el anotar un solo gol en toda la tarde hace que valga la pena, ¿cuánto dura esa sensación? En realidad nunca lo he pensado, pero creo que dura 7 segundos, es decir, por 7 segundos eres feliz, por 7 segundos soy realmente libre. Por desgracia no puedo estar toda mi vida en los campos, inclusive me he replanteado si realmente soy escritor, siempre he pensado que de no serlo, de no ser lo que soy me hubiera encantado ser futbolista, es mi vida, mi pasión y mi locura. A veces llegó a la conclusión de que mi vida corresponde a un momento clave dentro de mi nacimiento, cuando nací, si hubiera encontrado un balón mi vida sería muy diferente, sin embargo, en vez de un balón me encontré con un montón de hojas de papel bond y muchos colores prismacolor, lo cual en una primera instancia me hizo un artista plástico y este oficio con el paso de los años se devino en un escritor, un cuenta cuentos, historias pasmosas que a veces no tienen sentido. Después de jugar toda la tarde me senté a mirar el alba, atrás de mi casa tengo un lugar lejos de todo, lejos, nunca nadie está ahí, hay una vista de la ciudad muy buena, uno puede pasarse horas mirando lo que acontece, vidas parsimoniosas de personas desconocidas miradas desde una barranca solitaria. Me di cuenta de muchas cosas, mi vida se va aclarando poco a poco y aunque aún sigo confundido y solo ya me siento más tranquilo. A veces me siento en ese lugar a pensar, me distraigo de mi mismo, lo malo es cuando ella me invade, cuando ella sale de su escondite y se transforma en un fantasma que no me deja, me toma por dentro, se cuelga de mis tripas y apuntala al corazón, no me suelta, es en esos momentos cuando me pongo a soñar con su cintura, con lo que nunca fue y con lo que nunca será, la extraño, la odio por el hecho de no poder odiarla, pero la extraño. Para colmo de males mi cámara, mi camarita de foto digital se ha jodido, le cayo agua y ya no funcionó, por tanto no puedo seguir tomando fotos, ya no puedo seguir ilustrando mi vida, espero que tenga compostura y que no salga muy cara porque puedo prescindir de muchas cosas pero no puedo dejar de tomar imágenes surrealistas de la vida de un sujeto tan caótico como yo. Ayer salí a la plaza comercial de Coyoacán, iba acompañado y entré al Mix Up solo para ver que tenían, me encontré con muy buenos precios en la filmografía de arte y me compré la película de “Lucia y el Sexo” de Julio Medem. La primera vez que miré esa película en el cine supe que cambiaría mi vida por completo, ayer mismo la volví a ver y sigo pensando lo mismo, realmente cambió mi forma de ver las cosas y llegué a la conclusión de que busco a una mujer como Lucía (Paz vega), no es mucho pedir, solo busco a la mujer que tenga la valentía suficiente para decir que está enamorada de mi y que quiere vivir conmigo, veo esa escena una y otra vez y me hace ilusión, aunque no sea más que un simple espectador daría lo que fuera por ser parte ínfima del protagonista, Lorenzo (Tristán Ulloa), un escritor que no esperaba encontrarse a Lucía en un bar, allí siempre ha estado, esperándolo, esperando el momento para decirle lo que siente, emborracharse y dar rienda al sexo desenfrenado, polvo de amor con salvaje conocido. Sin embargo regreso a la realidad, para mi no hay Lucías, solo están los bares repletos de parejas impenetrables, no hay misericordia ni soluciones para mi, para mi no hay Lucías, pero si hay chicas extremadamente guapas, lo malo es que su feminidad es inversamente proporcional a su coeficiente intelectual, es decir, muy guapas pero extremadamente estúpidas, supongo que no se puede tener todo y lo que me hace sentir bien es chorearme a esas chicas con algún argumento digno de un intelectual, y no tengo que hacer mucho esfuerzo, ni siquiera es necesario que emplee todos mis conocimientos, basta con hablarles un poco de algún tema que desconozcan que por lo general es cualquier tema que no esté relacionado con los antros de moda o el Big Brother, eso lo hace aunque sea un poco más soportable, aunque siga sin haber Lucías. Más no todo es malo, ayer recibí una llamada que me ha puesto muy contento, del otro lado de la bocina estaba nada más y nada menos que el mismísimo Chema, carajo, quien me conozca sabrá de chema, es mi hermano, mi carnal y no somos parientes. Sin duda y sin temor a equivocarme el es el tipo más auténtico y pleno que he conocido en mi vida, ya le dedicaré un espacio en este blog, por lo pronto con esas palabras bastan para definirlo, auténtico y pleno. Ha regresado de España y no regresó solo, ha traído consigo a Ana, su chica, yo me siento feliz por él, por ellos, bastante la sufrió y ahora ahí tiene la recompensa. Hoy nos veremos en su casa, todos los que integramos la cofradía para iniciar una emisión más de las “hermandades”, las chelas y las bachas no faltarán y yo estaré ahí para formar parte de lo que siempre he sido, porque hay otros como yo, ellos me entienden y me ayudan, soy parte de esa escasa sociedad y estoy orgulloso y agradecido de serlo, algunos me conocen y se asombran de mi forma de ser y de pensar, pero yo siempre les digo que hay otros como yo, somos como una especie en extinción, una muy rara y poco conocida, tan rara como asombrosa. Entonces hoy espero ver a mi gran hermano en busca de aventuras, necesito que me cuente todo lo que vivió, lo que hay del otro lado del charco, promete ser una gran noche acompañada de nueva música, él siempre trae la buena propuesta musical desde el rincón del planeta al que le toque ir. Hoy voy en busca de ayuda, voy en busca de respuestas para encontrarme una solución, chema siempre las tiene o al menos siempre las ha tenido, en cuanto le cuente el desmadre que tengo en mi vida y la porquería que he hecho aquí seguramente me regañará y después me dirá que hacer. Hoy cambiaré una vez más por completo, solo espero que si mi Lucía existe no se desespere, y aguante unos días más en algún bar de Constitución, allá en Buenos Aires. |