“Amo el arte, pues de todas las verdades absolutas de este mundo, es la única que no miente” Hoy me levanté como en un sueño. Me he preguntado muchas cosas en lo que va de esta semana, de entrada me he preguntado el ¿qué hago aquí?, y no es una pregunta metafísica ni ontológica, no es existencial ni profunda, es meramente curiosidad. Aún no encuentro una respuesta lacónica a esta interrogante, no encuentro motivos para estar aquí ni en ninguna otra parte, ya no me siento cómodo en ningún sitio. Ayer regresé a mi escondite, ese en el que nunca hay nadie más que yo, era de noche y me la pasé contemplando las luces de la ciudad, luces que tiritan a lo lejos, un sin fin de posibilidades ocurriendo al mismo tiempo en un mismo lugar, y sin embargo, me sentí... ¿como decirlo?... desconectado. Hace meses que no me siento partícipe de la realidad, creo que todo pasa, todo ocurre pero yo solo soy un simple espectador, nadie parece percatarse de mi presencia, no tengo un objetivo o al menos aún no lo encuentro. ¿por qué siento que todo es más real en mis sueños? Últimamente he soñado bastante, sueños inconclusos o incoherentes pero que de alguna manera tratan de decirme algo, seguiré trabajando para descifrarlos, uno nunca sabe cuando un sueño puede llegar a ser una premonición o cuando menos algo importante. ¿será que estoy atrapado en este lugar? ¿estoy solo? A menudo suelo pensar que estoy atrapado en una realidad alternativa, en un mundo que no es el mío, en un tiempo, un lugar y un espacio al que no pertenezco y por error estoy en el. Todo este bagaje de locura y sin razón, de paranoia quizá es producto de muchas cosas que he leído, las personas escriben cosas realmente interesantes que de alguna manera me hacen sentir acompañado, es como estar del otro lado del espejo, otra dimensión de la que nadie o pocos se han percatado de su existencia. Es una realidad más tangible y sincera que la de este lado, la mayoría de esas personas escriben-dicen lo que piensan, incluso algunos ven el mundo como lo veo yo pero ¿dónde están ellos? ¿cómo los encuentro? Y nadie me contesta. Mientras yo me encuentro atrapado aquí, en este lugar tan falto de imaginación, decadente de expectativas y posibilidades, en este universo cuadrado. Otro viernes como tantos, escuchando en el radio la misma estación de todos los días, las mismas canciones baratas de todos los días, todo es una copia de otra, los mismos grupitos pop sin mayor gracia, la misma gente de la oficina haciendo las mismas cosas y teniendo las mismas conversaciones, y yo, sentado en mi lugar haciendo pagos y nóminas, números infinitos que nunca terminan, aburrimiento las 24 horas del día, sin parar, sin descanso, día tras día, hora tras hora, como siempre. Esta semana ha estado muerta, no ha ocurrido algo importante, de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, solo me complacen esos pequeños ratos en los que salgo a correr o mato el tiempo en el fútbol. Somos almas perdidas en el infierno amenazador de la rutina. Mi verdadera vida empieza por momentos esporádicos, obedece solamente a las noches cuando logro dormir, cuando puedo soñar. En mi mundo de los sueños todo es más interesante, hay más posibilidades y las cosas realmente importantes adquieren su lugar, en mi mundo soy otra persona, el mismo pero otro de algún modo, ahí soy libre. Lo malo es cuando despierto de nuevo, vuelvo a tomar mi lugar para remar en este barco de esclavos, de no ser por mi continua búsqueda de la verdad mi vida ya se habría vuelto totalmente rutinaria, eso es lo único que no me permito, no permito que me gane la desidia, la desventura, las reglas no razonadas que se han hecho simplemente para hacernos obedecer sin criterio alguno, la mera falta de sentido común ante la obviedad. Alguna vez leí que los libros se hicieron para hacer tangibles las verdades evidentes, creo que esa teoría no está tan equivocada, finalmente una hoja en blanco es nuestro mundo, es donde escribimos nuestras inquietudes, la cama donde acariciamos nuestras ideas, nuestros pensamientos insolutos, aquí no hay más regla que la del escritor, uno hace sus propias reglas, no hay límites y en ese sentido un escrito es más real que la realidad misma. Me atrevo a pensar que la idea de vivir dentro de una Matrix no está tan alejada de la realidad. Dentro de esa teoría se establece la caída de la era de los seres humanos por parte de las máquinas, la inteligencia artificial toma el control de un mundo apocalíptico propiciado por el hombre, es el ser humano quien en su afán de un control absoluto se transforma en el arquitecto de su propia destrucción. Nace entonces la simbiosis entre el hombre y la maquina, una dicotomía en la que ambas partes son inseparables, el hombre como esclavo de su creación. Viéndolo desde una simple analogía podríamos estar viviendo esa Apocalipsis del ser humano como tal, nos estamos convirtiendo en máquinas sin sentido, obedeciendo sin razón, lo miro todos los días, somos esclavos de nuestras propias incertidumbres, de nuestros agobios, de nuestras preocupaciones que han tomado un lugar de importancia que no les corresponde. Todas las mañanas salen camiones llenos, embarques que transportan a los esclavos a sus oficinas, a sus trabajos aburridos mientras el horario se prolonga hasta la noche cuando los mismos embarques regresan transportando a los esclavos rumbo a sus celdas. Campos eternos de humanos desprovistos de sueños y de milagros, simplemente esperando una solución caída del cielo, o al menos esperanza porque la han perdido desde hace mucho tiempo. La única distracción de estos hombres relegados a una vida sin descanso son los días como este, los viernes y fines de semana en los que se puede matar el tiempo en algún bar bajo la bondad de una cerveza. Esto al menos hace la vida un poco más soportable. Es una forma de desconectarse de la realidad, una escapatoria hacia un mundo que existirá solo por algunas horas, solo mientras duren los tragos. Trabajamos para desconectarnos de nuestra propia realidad. En este mundo ya no son necesarias las máquinas para doblegar al hombre, en este mundo el hombre se tiene a sí mismo para cumplir esa tarea, somos prisioneros de nosotros mismos dentro de nuestras circunstancias, prisioneros de nuestros ideales y nuestros demonios, no existe entre nosotros una relación verdadera, el hombre es un ser sociable por definición, siempre busca hacer sociedades, es una criatura que busca la compañía de algo porque muy en el fondo sabe que se encuentra realmente solo y no soporta esa idea. La soledad le asusta, la soledad le oprime, sin embargo, está confinado a vivirla de alguna manera, un espacio negro, oscuro, un espacio que representa la nada. ¿será que soy yo el que está mal? ¿será que solo yo me he percatado de todo esto? Las respuestas no las tengo, solo escribo lo que creo, después de todo no es una idea tan descabellada. Quizá lo único que pasa es que aún no entiendo la dinámica de esta vida, quizá solo necesito a alguien que me la explique porque simplemente no me puedo resignar a que todas las cosas sean así y no de otra manera. Ante esta inminente realidad lo único que me queda es huir, salir corriendo hacia un rumbo desconocido. Hay quienes piensan que huir nunca ha resuelto nada, no obstante, yo creo que hay ciertos asuntos que están mejor sin arreglo alguno, bajo esta premisa a veces lo mejor es salir huyendo de todo, es solo tomarse un tiempo libre, descansar y regresar a lo mismo para seguir combatiéndolo, ver las cosas desde otro punto de vista, desde otra perspectiva. Para mi es salir a buscar algo, no sé que sea y supongo que lo sabré cuando lo encuentre, buscarme una solución y encontrar a gente como yo, pues creo que fuera de aquí quizá existan otros como yo y salir es la única forma de comprobarlo. Vaya, creo que esto ya lo soñé, quizá no lo soñé pero creo que ya he hablado de esto, creo que ya escribí esto en algún momento. ¿pudiera ser una premonición? Se dice que solo es una diferencia de segundo, una falta de oxígeno en el cerebro lo cual crea el efecto de haber vivido el suceso un momento antes. No lo sé de cierto, solo sé que me pareció haberlo soñado. Uuuyyy que miedo... Dejá Vú.
Notas al pié: Sólo como pequeñísimo dato cultural, un argumento por el cual huir.
Se dice que los peces voladores en un primer momento comenzaron a salir del agua dada la necesidad de huir de sus depredadores. Huyendo de sus temores fue la única forma en que aprendieron a volar. Todo es cuestión de evolucionar.
3:44 am. Una noche de sueños binarios. Giallo... Agosto del 2005. |