Se fue, el tren se fue. Se fue para Pamplona. Se fue, el tren se fue. Llevaba dentro a dos panteras, dos panteras del África, Llevaba dentro dos panteras, mis panteras del África. Llevaban dentro de la mochila, vino blanco y hierba buena, Llevaban dentro del corazón una máxima ilusión. ¿cuándo será? ¿cuándo será la primavera? ¿cuándo será que volverán mis dos panteras del África?
FLASH BACK 1 He pensado que si algún día logro salir de este inodoro me cambiaré el nombre, quizá el apellido también, me gustaría llamarme Gabriel o quizá Hernán, no lo sé, el nombre es lo de menos, el caso es borrarte del mundo, y sucumbir ante la nueva expectativa y una taza de café. Me sentaré todas las noches en la barra de un bar mugriento y decadente, me tomaré una cerveza, o dos, o tres, las que sean necesarias para olvidarme y les contaré a mis nuevos amigos que me largué porque ______ me abandonó, o quizá yo la abandoné primero, quizá fue solamente que yo dejé que me dejara, la verdad cada día recuerdo menos como fue, solo sé que desde que ella se fue no he ganado en nada. Creo que ella era el único motivo por el que me quedaba en la ciudad (y por sus pequeñas tetas, y por su cintura cadenciosa y sus poemas malditos) Entonces ya no buscaré otra cosa que no sea la muerte, de hecho la he estado buscando desde hace tiempo, mato porque quiero morir.
FLASH BACK 2 Creo que si alguna vez me ocurriera un accidente o tuviera una enfermedad terminal me haría todos los estudios médicos posibles para confirmar que tengo una fecha de muerte, un diagnóstico de muerte, entonces subiré a un avión, me vestiré de frac (el más caro que me pueda comprar), me pondré un paracaídas defectuoso y saltaré desde lo más alto, echaré a la suerte la mucha o poca vida de la cual disponga en ese momento, hasta entonces, necesitaré de sexo duro y permanente con alguna chica ocasional para lograr rozar ese cielo con mis dedos.
En el salto esperaré que el paracaídas no se abra, espero morir con una sonrisa en los labios. Quizá tengo un problema en la cabeza pero no me va el resolverlo, me gusta que esté ahí, taladrándome los oídos y absorbiéndome el humor acuoso de los ojos, hay cosas que no se pueden resolver hablando con alguien, hay cosas que una vez hechas ya no se pueden deshacer, me gustaría acabar de cincuenta años bebiendo en algún pub olvidado, solo, en un rincón, buscando las respuestas en la sal y en un cigarro. Eso sería más humano y más digno que terminar tomándome mi dosis diaria de prozac para no darme cuenta de que el mundo me pasó por encima, hasta podría tomar dos pastillas diarias antes de cada comida para quitarme esta paranoia de que todo el mundo confabula contra mi, sin embargo, sería más triste darme cuenta de que sufro de una paranoia inexistente, de que nadie confabula contra mi, de que nadie me sigue por las calles y que a este mundo le importo un carajo. Creo que la verdad es esa.
FLASH BACK 3 Quitándole todo el dramatismo posible a la escena puedo decir lo siguiente: no estoy dónde deseaba estar... el abuelo una vez me dijo que uno nunca está donde debe o donde quiere estar y estoy convencido de ello. En teoría se supone que yo nací para ser una especie de artista reprimido, un futbolista idiota o un fotógrafo morboso, pero cuando nací en lugar de encontrar un lienzo, un balón o una cámara fotográfica solo me encontré con lápices de colores y un montón de hojas bond en blanco. Luego vino la miseria. El trabajo diario, las esperanzas bañadas en sangre y las decepciones de cada día y cada noche, sin descanso, a todas horas una decepción, una para el desayuno, una para la comida y dos para la cena mientras trato de liarme un porro para despejar la mente, yo estoy seguro de que así nadie mantendría una buena cara, desde hace mucho dejé de recibir llamadas al teléfono, ni el perro me llama. La verdad es que ya ni quejarme queda, solo me pregunto en que jodido momento cambió todo, por qué cambió todo, será que nunca fui a la iglesia o será que cuando iba nunca di suficiente limosna.
FLASH BACK 4 (en el presente de alguna noche de noviembre - 2005)
Anoche me di cuenta de que estoy jodidamente jodido, entrañablemente en la mierda mientras intento permanecer sentado en el banquito del “Burbu” a las 4 de la mañana, ni con el ánimo de beberme otra cerveza, la verdad es que ni ganas de nada, solo de dormir y de pretender que mañana cambiará todo, solo ganas de pensar que me detendré en la calle y en medio de la multitud gritar ¡de eso se trata todo ¿no?! ¡ya entendí el mensaje! ¡solo se trata de arriesgar ¿cierto?! Y entonces, como por arte de magia, todo el mundo se detendrá y volteara a verme, todos con sus miradas en mi, el conductor del camión, el taquero de la esquina, el oficinista que pasaba a mi derecha, la mujer que me mira desde su ventana, la pareja sentada en la banca del parque México, todos, absolutamente todos, los que pretenden no estarme viendo y los que me miran, al unísono darán aplausos y gritos, saldrán pancartas con mi nombre diciéndome - felicidades – y otras con mi foto diciendo – lo lograste – y caerán del cielo papelillos de colores, y saldrán cámaras ocultas de todos lados y todos me subirán en sus hombros para darme la señal de que el Thruman Show terminó para mi, prueba superada.
Pero no es así, se rebobina la película de mi vida, la veo en full shot y sigo sentado en el “burbu” con mi hermano, el chino y el abuelo, con la estridencia de la música y mis ganas de repartir madrazos a la pared y al flacucho que está sentado a mis espaldas gozando de la compañía de una mujer guapa, demasiado guapa para mi pero más guapa para él. Ahí estoy, con la rodilla más que fastidiada, con el frío del vagabundo y el sueño colgando de mis ojos muertos. De repente ese olor, ese maldito olor, el olor del fracaso, el olor de ver que has tirado tu vida por la borda, justo a las paredes que enmarcan a las torres gemelas a mi costado mientras en la televisión pasaban a Angelina Jolie que ya de por sí resultaba de mal gusto por sí sola. Me es curioso experimentar como todo se puede ir a la mierda en cuestión de segundos, al final estaba escuchando a los Cadillacs y ni eso me prendió, todo lo bueno de la vida se puede pudrir en la mierda mal oliente en cuestión de minutos, ¿qué me ocurrió? Apenas hace media hora estaba bien, cansado pero bien, ahora estoy mal, traigo bronca y no la puedo desquitar con nadie porque nadie me ha hecho nada, quizá sea eso, la nada. No me queda nada más que seguir respirando, keep breading sería un buen tema para una canción setentera, entonces la escucharía todos los días por la mañana mientras conservo en un frasco con formol la esperanza de que algún día viajaré a Pamplona... si, pensándolo bien algún día estaré en Pamplona.
noches y días arrugados de Giallo. Enero 2006... |