La esperaba fuera de su escuela, como todas las tarde, solo que esa tarde no era una más, esa tarde sería diferente. Por si fuera poco comenzó a llover, quizá era para finiquitar el mal día, apenas alcanzó a refugiarse debajo de un árbol pero después de treinta minutos de lluvia constante solo empeoró la situación, y ella que no aparecía. Realmente estaba cansado de todo, cansado de él, cansado de ella, cansado de todo. Estuvo esperándola por más de una hora hasta que sólo halló silencio, ya eran las nueve de la noche y la calle solo estaba pintada por pequeños destellos reflejados de los postes de luz en los charcos de agua. Esta era la última vez, juró para sí mismo con la intención de cumplir esa promesa por primera vez, siempre se la había hecho, infinidad de veces había jurado que era la última, pero esa tarde sería diferente.
Con las manos mojadas sacó la cartera, aún tenía algo de dinero y se dijo -¿por qué no?- entonces tomó rumbo hacia una cantina, la que le quedara más cerca, realmente era intrascendente. Después de media hora de camino las luces de un anuncio en neón se divisaron ante sus ojos derretidos de soledad y decepción combinados con coraje, “El estoque de oro” se llamaba la cantina, sin pensarlo entró, se sentó en una mesa arrinconada y pidió un par de tragos. Había un hombre detrás, el hombre del traje gris, fumando, con la mirada perdida y la mano en la botella, estaba completamente ebrio. Volteó a verlo, le arrebató el vaso y le sirvió un trago –este corre por mi cuenta- dijo con voz mandataria pero incoherente a la vez. Se levantó de su lugar y se sentó a su lado poniendo la botella justo en medio de los dos. Fue casi inevitable, todo pasó tan rápido que Julio no pudo ofrecer siquiera una negativa, no le quedó más que escuchar lo que aquel hombre ebrio le decía:
“por lo único que vale la pena embriagarse y dejar que el alcohol lo embrutezca a uno, por lo único que un ebrio siempre será superior a un abstemio, es porque el ebrio siempre podrá dejar plantada a su mujer en la cama. O a cualquier otra mujer, inclusive a la amante en turno. Podrá cortejarla o decirle que la amará esa noche, podrá llevarle flores o regalarle una esmeralda del tamaño de mi puño y cuando menos se lo espere podrá darse el lujo de quedarse dormido en la cama, roncando por más grotesca que parezca la escena. Eso, justo eso, precisamente eso, nunca podrá hacerlo un abstemio. Siempre tendrá que cumplirle a su mujer o a cualquier mujer. Por muy ingrata que esta se muestre con él, por muy sádica o mal agradecida, por muy hija de puta que esta sea el abstemio nunca osará siquiera quedar mal ante ella, jamás podrá desafiar ese inmundo poder femenino. Es lo único en el mundo que nos pone a los ebrios a la altura de las mujeres. Porque ellas hacen eso con nosotros cuantas veces quieren. Por eso un abstemio estará siempre por debajo de las mujeres. Por más que piense que las domina, no se atreverá a quedarse dormido, salvo que decida correr el riesgo de que le llamen poco hombre. Sólo por eso existe el alcohol, existen las cantinas y existimos los borrachos. Por hacerles pasar un mal rato a las mujeres. Y si se puede desde la noche de bodas, mejor.”
Eso fue lo que dijo aquel hombre y Julio mantuvo la boca cerrada, escuchando muy atento. Nada pudo decir, ni a favor ni en contra. Después de todo, aquel era un hombre entero, firme, a quien las bromas no parecían irle muy bien. Julio siguió bebiendo con aquel sujeto, ya era tarde y salió a su casa, buscándola en las calles perdidas y nocturnas, esbozando su cara en rostros ajenos, apenas perceptibles. Llegó a su puerta, la abrió temblando de frío y en ese preciso momento sonó su celular, era Marybel.
“Hoy en la noche quiero ser tu puta, me dijiste cuando eran las 2:30 am aproximadamente, después de que la batería del celular se terminó, después de estar por 45 minutos hablando por el celular. Minutos después el teléfono de mi casa sonó en medio del silencio, no hay noche más negra que esta noche, hacía frío y levanté la bocina para escuchar tu voz a solas, en medio de la nada, sólo tu voz y nada más.”
Entonces la citó en Alta Tensión, veinte minutos bastaron para llevársela a su casa, sin embargo, antes de verla revisó su nevera esperando encontrar algunas cervezas, por suerte había algunas, las suficientes para disfrazar su cinismo de un decadente estado etílico. La esperó en medio de la calle, había parado de llover. Mientras la esperaba no pudo evitar pensar en todo lo que había ocurrido ese día, una risa sarcástica se dibujó en sus labios intentando comprender el cómo había llegado hasta ese lugar, hasta esa situación en ese momento. Entonces recordó al hombre de la cantina, al hombre del traje gris quien después de haber pronunciado su monólogo preguntó a Julio su opinión, y ante su silencio el ebrio argumentó que era un pusilánime. Entonces se levantó de la mesa, tomó su botella, pagó y salió de la cantina como un alarido.
¡¡¡¡CARAJO!!!!! NO PUEDO DECIR MAS QUE ESO. ME HA DEJADO SIN PALABRAS. SINCERAMENTE SU MEJOR ESCRITO EN LOS ULTIMOS MESES. O MAS BIEN EL QUE MAS ME HA GUSTADO. POR QUE PARATE ES UNA TRILOGIA EXCELENTE. ES USTED UN MASTER ¡¡¡CARAJO!!!
Aunque creo que nunca me llegaré a conocer por completo supongo que soy una persona sencilla, siempre le ando buscando el lado humano a las cosas aunque hay personas que creen que soy hermético, me gusta mantenerme a la expectativa de todo, creo que la vida es una aventura y no me gustaría vivirla siguiendo un mapa, mi filosofía es que en la vida te tienes que divertir, lucho a cada día por ser una persona auténtica, algunas de mis grandes fallas es que soy un orgulloso declarado y por demás rencoroso, no olvido fácilmente. Me encanta la libertad y soy amante de los momentos elaborados gracias a la virtud de una cerveza, soy algo extremista, aprendiz de todo y víctima del entorno, antihéroe despeinado y siempre con ojos de taciturno aunque sean las seis de la tarde, defensor de las causas perdidas e insaciable buscador de un mundo perfecto aunque sé que nunca he de encontrar, pensándolo bien creo que soy una persona muy compleja pero entretenida... si, creo que así soy.
¡¡¡¡CARAJO!!!!!
NO PUEDO DECIR MAS QUE ESO.
ME HA DEJADO SIN PALABRAS.
SINCERAMENTE SU MEJOR ESCRITO EN LOS ULTIMOS MESES. O MAS BIEN EL QUE MAS ME HA GUSTADO. POR QUE PARATE ES UNA TRILOGIA EXCELENTE. ES USTED UN MASTER
¡¡¡CARAJO!!!