"Ya estoy curao, Anestesiado. Ya me he olvidado de ti. Hoy me despido de tu ausencia, Ya estoy en paz… mentira.
Te espero siempre mi amor… a cada hora, a cada día."
Supongo que no hay llegada sin partida. Todo esto comenzó en mayo creo, no lo recuerdo bien. No recuerdo tampoco el año, sólo sé que hace ya meses que traigo la necesidad de terminarlo, de cerrar este ciclo. Hace meses comenzó pero hace años que no me he sentido bien del todo, la verdad es eso, no estoy bien. Nunca me ha gustado escribir sobre despedidas pero creo que es lo mejor que escribo, me he vuelto un experto en anticipar despedidas largas. Son como una dulce condena dicen por ahí, son un mal necesario. Pues bien, sin más rodeos ni postergaciones inútiles me toco el pecho, pienso bien lo que voy a hacer y tomo la decisión.
Me descarto. Lo dejo. Me retiro. Nada me ha traído aquí, nada me ha sacado, nada me empujó. Se cierra “La feria de las mentiras” fue lindo haber estado acá pero debe ser así y no de otra manera. Me voy porque me place, me voy porque me apetece irme. Podría escribir mas de cinco razones para irme, podría decir que no he llegado muy lejos de donde comencé, tampoco he llegado a nada con mi vida, no he logrado descifrar los puntos nodales de esta infinita tristeza. A partir de hoy no sé que pasará, mentiría si dijera que todo es una ecuación de progresiones en la que todo está calculado, la verdad es que no es así, no se que pasará con Calavera, ignoro si seguirá escribiendo, ignoro si llegará. No me he sentido bien ni mal, ansioso de huir de cualquier discurso chovinista declaro que no se ha fermentado en mí ningún sentimiento auspiciado por la vanidad. Será que no es uno sino una maraña de sentimientos los que me sugieren la partida, aunque siempre me ha gustado creer en la utopía, creer en lo imposible, lo que me obliga a decir que un sentimiento no debiera ser más que eso, un simple sentimiento, pero somos seres humano y por ende nos empeñamos en complicarlo todo para crearle una cierta validez, justificando lo que a penas puede ser justificable y llevándonos a interpretar el papel más simple, el más trivial.
Muchas veces creí que todo se iba, que todo se me escapaba, hoy tengo la conciencia de que todo se fue. Solo me queda mirar al lejano horizonte desde mi lugar secreto, el horizonte donde nunca pasa nada pero donde todo se imagina, el punto irreversible de los sueños, el tirano de infundamentadas y mentirosas esperanzas.
Ahora puedo sentir el adictivo dolor de dejar mi otra mitad en este breve espacio, clavado en el andén, con una media sonrisa, con la esperanza de un lejano reencuentro dando brincos en el estómago.
Gracias a tod@s aquell@s que se tomaron la molestia de leerme, gracias a tod@s l@s tuvieron el valor de dejar un pequeño comentario dentro de esta feria virtual. Agradezco a quienes me dejaron un cachito de su vida y si existe alguien para quien pude haber cambiado en algo su punto de vista lo agradezco también. A mis detractores, aunque se que son necesarios, no les daré el gusto de dedicarles una línea siquiera. “El rival más acérrimo es tan necesario como el aire mismo, en el juego como en la vida, para odiarlo, envidiarlo, temerlo, admirarlo y derrotarlo” dice Javier Marías. Recordaré esta despedida y todas las demás tanto como los reencuentros, recordaré que en Buenos Aires la primavera llegó un 21 de septiembre, recordaré las polémicas inconclusas que levantaron algunas de mis palabras escritas aquí, no olvidaré los abrazos y los más de 100 besos que recibí mientras existí en este espacio, veré en todos la calavera que llevamos dentro, la que no llora, la que no chinga. Me llevo las fotos del alma, los momentos en instantáneas, las canciones que descubrí, me llevo mis libros y mis discos, mis cigarrillos y mis manuscritos improvisados en trozos de papel que guardo en la cartera. Me hubiese gustado llegar al Post número 100 pero me conformo con que al menos logré 1000 visitas a este lugar olvidado de la mano de un Dios rencoroso y vengativo. De momento no hay planes, solo puedo decir que si la suerte está de mi lado me iré a hacer el otro viaje, a reconciliarme con las promesas incumplidas en la Argentina y a Estudiar percusiones en la vieja España. Después tomo en cuenta la necesidad de sacarme todo el veneno que sea posible y saturar las heridas, no olvidar, no reconciliarme pero si tratar de comenzar de nuevo, un mundo mejor, un pequeñísimo espacio más sincero y mejor para mí. Solo me restan algunas canciones improvisadas y un frasco con lágrimas por llorar la infinita tristeza de calavera, la solemne y eterna espera de un Giallo que se cansó de esperar y de perder.
No hay llegada sin partida, y después de mi último adiós un lejano pero latente “volverte a ver” da vuelcos en mi corazón podrido de latir, de momentos me arranca sonrisas, me da la fuerza de poner un pie delante del otro, me da la fuerza para no bajar los brazos y seguir caminando, por la carretera.
Pase lo que pase, sea lo que sea. Por todo y por nada: GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.
Hoy es un día muy especial, nunca lo olvidaremos, se que nos volveremos a encontrar, pero aún no es momento, aún no. Pero si puedo decir que ese día llegará y para entonces nos veremos en circunstancias muy diferentes. Eso te lo puedo asegurar.
Giallo I. Ultimo manifiesto de vida 24 de Febrero / 2007.
Punto y Final. |
buscaba algo de hora zulu y di aqui...debo decir qe me gusto este post...buena vida.