"Después de un Año" Trabajas duro para poner la comida en la mesa, trabajas para un hombre que ni siquiera sabe tu nombre. Puedes perder a tus hijos hermosos, Tu hogar feliz y tu esposa hermosa. Sufrirás cuando pierdas a los que amas. Sufrirás cuando pierdas a tu mejor amigo. Nadie es inmune a un mundo de problemas, Nadie está exento de un mundo de dolor. Así es como sucede cuando estás aquí abajo, con el resto de nosotros. Así es como sucede y sé cómo te sientes... "Social Distorsion" Una vez me dijeron que escribía muy bien, me lo tomé muy a pecho y creo que hasta llegué a creerlo...
¡Cumplimos un año!
La feria de las mentiras cumple un año. En un día como hoy, pero del año pasado, fue publicado el primer escrito por este personaje incestuoso de sentimientos contrapuestos, una calavera lágrimas de oro que le dio por compartir ideas y visiones, la calavera sin tiempo, edad ni espacio, la nada.
Hemos llegado a cumplir un año, increíble, impresionante pero cierto. Un año es mucho tiempo, son muchos días y muchas horas, muchas noches de desvelo y muchos momentos de meterme alcohol en las venas para escribir toda esta serie de tonterías, de cosas sin sentido como la vida misma. La cabeza me ha dado muchas vueltas en todo este tiempo, he pasado por todos los estado depresivos posibles dentro de esta numeraria de visiones y vivencias de una vida arruinada y exitosa, exitosamente arruinada. No he hecho otra cosa más que buscar cosas que no existen, buscarla en el fondo de una copa, en la esquina de un bar, en las calles caminadas muchas veces, todo cambia y también he cambiado yo, me da miedo saber la verdad pero la sigo buscando inconsolablemente.
La primera mentira fue: ¿de qué me ha servido este breve espacio? Aún no lo sé, lo que si sé es que de no haber existido seguramente ya hubiera asesinado a alguien, es muy probable que de no escribir ya me hubiera dado un tiro en la sien, quizá me hubiera roto el cuello o me hubiera inyectado una sobredosis de cocaína rebajada con aspirina efervescente, el objeto es el mismo. Desaparecer. Las primeras mentiras fueron las ganas de vivir, las ganas de seguir adelante, creo que después de esto ya no hay nada, ya no hay más ideales ni sorpresas, me siento avergonzado por ser parte de la especie que se traiciona a sí misma, soy parte de la especie que viola a sus héroes en un patético festín, un zafio por definición, vulgar y obsoleto, me gusta saberme así, con la misma indiferencia que me produce el fumarme un porro o no hacerlo, saber que las cosas cambiarán algún día o que seguirán así para siempre.
La segunda mentira fue decir que era un buen tipo. Lo cierto es que no lo soy. A lo largo de este año he comprendido que todo ha cambiado y dentro de ese todo yo. He comprendido que el cáncer de la desidia me ha ido consumiendo poco a poco, que me he vuelto adicto a la cruda misoginia y que me gustan más las mañanas nubladas y lluviosas para caminar a solas, escuchando las canciones de Sabina y fumando tabaco sabor cereza. He llegado a entender que estoy enfermo de mi, que no puedo estar acompañado, que nací para estar solo con mi puta indiferencia y mis logros mal logrados.Pienso que exijo siempre lo básico, lo inmediato, lo que se puede lograr haciendo el más mínimo uso del sentido común, eso me convierte en una persona sumamente exigente, creo que exijo demasiado a los que me rodean y a los que me rodearon alguna vez. Sobre todo a las mujeres, a esas que se han burlado de mi varias veces, a esas que me ofrecen sus caricias mientras me roban a mis espaldas, el grado de exigencia llegó casi a lo imposible, a lo utópico. ¿qué más se le puede exigir a una mujer que lo deje amar en silencio? ¿qué otra cosa se puede esperar de una mujer sino un momento de paz sin mencionar a nadie? Durante este año no pedí más que eso, no pedí nada, absolutamente nada, si acaso su estupor, sus labios aquí, junto a los míos, una súplica terrenal que a veces parece invocar a un nombre y otras veces solo a una sombra. Una sombra que venga a mí, a este ultimátum de individuo. Solo he pedido que se me conceda la gracia de decir no, -si existes, entonces Dios, concédeme esa gracia. Tu no la tuviste y por eso te la pido-
La tercera mentira fue pensar que soy un tipo normal. A menudo las personas que me rodearon por todo este tiempo pensaron que era un tipo normal, común, nada más lejano a mi realidad. Me encantaría ser un tipo normal, con una vida normal, con sueños y esperanzas de un sujeto normal, ir al cine una vez por semana y meterme a la cama con un vaso de agua y una aspirina, resolver un crucigrama de vez en cuando y tirarme a la chica en turno o a la vecina de al lado, por desgracia soy un tipo que bebe grandes cantidades de cerveza y cafeína, tengo todas las referencias y el perfil para ser un asesino serial, un psicópata en potencia, con el pasar de este año me fui dando cuenta de que soy diferente a todos mis amigos, me cuesta dormir por las noches y aún más cuando estoy solo, he descubierto que soy un sociopata de mierda y que tengo una extraña fascinación por las fotografías de personas desconocidas, gente que nunca conoceré, personas con las cuales nunca compartiré una comida o el cumpleaños de sus hijos, con las que nunca haré un viaje, las que nunca me invitarán a una boda, pero que me da por saber de sus vidas. He retomado a las cantinas como mi hogar, me refugio ahí, en el lugar predilecto donde no hay escrúpulos, donde no hay apariencias ni caretas, en donde de una mesa a otra nadie se mira. Se mira al suelo, porque nadie se siente orgulloso de estar ahí. Soy el tipo solitario dentro de una cantina que siempre mira hacia abajo, donde anidan los insectos. Me tomó todo este año entender que no es prudente buscar la mirada de cualquiera dentro de una cantina, dentro de un bar. Porque es posible toparse con la mirada de un santo, del desahuciado, del que sueña, del que ríe, del que miente. Es posible toparse con la mirada de alguien deseoso de ajustar cuentas, como yo. Es muy raro encontrarse con la mirada del que tiene esperanza, de alguien que espera con ahínco el día de mañana. Nadie, absolutamente nadie se siente orgulloso de ser lo que es. Soy el bebedor solitario, del que encuentra el amor que huele mal. Comparto mi bebida con el fantasma que me acompaña noche tras noche, día tras día. Comparto el trago con la mujer imaginaria que se sienta a mi lado, aquella a la que siempre he amado y que ni en mi imaginación ni en mis sueños he hecho mía. Soy el que se sienta siempre en el mismo rincón, en el mismo lugar. Roto. Escondo la mirada como si me avergonzara, como si alguien me hubiera robado la mirada y temiera que alguien más me la volviera a arrebatar. Soy aquel con el que nadie tiene ganas de beber, de tomarse un tiempo o quizá dos. Ese que a nadie le gustaría ser, al que todos prefieren ignorar. Soy ese que es nadie, aunque si ese nadie se mirara en lo más profundo se llevaría una sorpresa.
¿qué me queda después de esto? Ha transcurrido otro año, un año más dentro de esta amarga cuenta de 25 y aún no encuentro esa respuesta, es quizá la más difícil y la más certera. Es tratar de recolectar los restos de mi cabeza, los esparcidos, los desaparecidos, los rotos. Me queda el futuro que ya es suficiente, y que no me puede fallar. Me queda la mala suerte que si se balancea un poco quizá me pueda dejar. Me queda Chiapas, San Cristóbal, mis porros, mis libros y algunos amigos que aún no me han fallado. Me quedan mis canciones que me aplastan el corazón, que me llenan el corazón, las que me hacen deambular hasta donde estás. Me queda Leonard Cohen, Tom Waits, Axl Rose y Manu Chao. Aún tengo los poemas de mi maestro Sabines, me queda Palaniuk, Efraín Huerta, Stephen King y Octavio Paz para los tiempos en fuga. Me quedan las canciones de Sabina para las noches de decepción, para los tiempos de olvido, de llanto y de recordar a la mujer amada. Charly, Fito, Spinneta, Piazzola y Puccini me sobran para cuando quiero llorar. Nos queda García Márquez, Madrid, Valencia y Buenos Aires si nos dejan volver. Las mujeres que aún no conocemos. Me quedan las calles solas de cuando la gente se ha ido. Me queda el mar y las salidas que le debo a alguien, las noches de dormir juntos si es que el destino nos vuelve a juntar.
Hemos cumplido un año, escribiendo para nadie y para todos, esbozando una cuenta infinita de letras absurdas, de ideas inconclusas, de una vida estrellada en un anonimato de palabra. Bendita sea la emoción de escribir lo privado sabiendo que instantes después será público. El teléfono insiste por cuarta ocasión, vuelve a sonar. Bajo el volumen de mi cabeza y contesto, es la voz de una mujer preguntando por Sonia, debe ser un número equivocado. Por el momento no tengo otra opción ni nada que perder. Consiente de mi mala suerte y viendo que el planeta me tiene en jaque mate, mi tenacidad en busca de la buena me vuelve a infectar en dosis precisas y controladas. Solo miro al vacío y me digo –sólo dame un poco de suerte, necesito de la buena- entonces recuerdo las palabras de Albert Einstein: Dios no juega a los dados. Supe entonces que mi petición era inútil, con seguridad Dios odia a los que perdimos la fe apostando en este juego. Nunca voy a recuperar lo que he perdido y lo que me han robado, desde que comencé este blog he perdido muchas cosas, tantas que solo si me hago un vestido con lo perdido tendría sentido sonreír. Lejos de recuperar, solo he ganado lo suficiente para seguir jugando, vivir frente a esta máquina tragamonedas que se alimenta con mi esperanza. Vuelvo al juego a jalar la palanca, las figuras del tablero empiezan a correr. Es el rodar de los dados, el girar de la ruleta. El juego es inevitable cuando has adquirido el hábito, cuando no tienes otra opción más que la de seguir jugando, eso te lo puedo apostar. Hemos cumplido un año y yo solo espero pasarlo en la lucha, sabiéndome que no bajo los brazos. Deseo con todas mis fuerzas que todo cambie, que ocurra algo grande. Y solo espero nunca unirme a la perrada de los que se ocultan bajo el hecho pasivo y vergonzoso de decir que “el próximo año todo va a ir mejor”
Feliz año Feria de las Mentiras. Con esto cumplo un año, para los que me conocen y para los que no, para los que creen conocerme y para los que no lo creen aunque así sea, esto resume lo que soy hasta este momento. Quisiera que el escrito que se publique el 19 de mayo del 2007 sea más positivo, pero la verdad es que no lo espero.
"¿Por dónde has llegado amor? Abrázame fuerte vida. No soy el amor, soy la muerte. Soy calavera y Dios me envía."..
Giallo I. Primer aniversario. Mayo 18, 2006... | |
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