“tengo un corazón roto y un hígado deshecho, pero no tengo problemas con el alcohol... sólo cuando no puedo conseguirlo.”
RONERO:
Fue una corta pero muy fructífera etapa, de hecho por un momento creí que volvería a ese estado pero por desgracia no es así, solo hay indicios de ello cuando bebo con el Nabo y trae bajo el brazo el Entihumano (Antillano para los poco conocedores) siempre me gusta beber Ron cuando estoy con los amigos, sobre todo cuando nos juntamos en la casa del Chino para contar cualquier complejidad o estupidez, la recámara del Chino siempre ha guardado esos momentos, tantas pláticas, tantas cosas, realmente en ese lugar han pasado muchas cosas y la mayoría han sido chidas, creo. Por medio del ron descubrí parte del camino de la escritura. Pero la verdad de las cosas es que ese no es motivo para enorgullecer a nadie; más bien para arrepentirse. Cuando recién comencé a beber ron me empinaba uno de marca llamado Castillo, muy malo por cierto. Las crudas eran mortales, quedaba como un estropajo; mi lengua quedaba reseca como si hubiera perdido su poder de ensalivación, cada que cerraba mis ojos se encendían miles de lucecitas, tenía la sensación de flotar y de girar continuamente hacia la derecha en una especie de tiovivo eterno. Me volvía de pronto y en vano trataba de localizar al hombre que seguía mis pasos, porque eso es lo que provoca el ron, una especie de paranoia imposible de controlar. Un andar de pasos acelerados, realmente piensas que te persiguen aún estando acostado en la cama. Pero eso si, cuántos amigos he hecho por el ron. Creo que ninguna otra bebida tiene ese jalón, ninguna otra tiene esa convocatoria. No importaba cuan malo fuera ese ron, nunca vi a nadie que le hiciera mala cara a la botella, será porque siempre me he juntado con borrachos como yo. Sacabas el frasco y de inmediato se formaban los gorrones como si fueras a repartir billetes. A todo el mundo le encanta o al menos a todos los que yo conozco, algo tiene el ron de alegre y desenfadado, es una bebida que despreocupa a cualquiera, da la incitación a la hueva y al desmadre. Quizá por eso las consecuencias de beber ron también son teribles. Ya me veo al día siguiente, cuando traes la cruda de ron sudas alcohol puro, uno deja un aroma de levanta muertos por donde pasa, si te metes a un cuarto cerrado lo dejas impregnado a ron. Lo peor de todo es que suele beberse con Coca cola, por ende, es una bebida dulce que equivale a una cucharada de azúcar por cada vaso, entonces el estómago empieza a crecer y la cara se infla, los cachetes y los pómulos se hinchan, lo cual no tiene preocupación alguna cuando se bebe por encima de prejuicios bobos y se asume la condición de borracho hasta las últimas consecuencias. Es por esto último que no todos tienen el valor de embriagarse con esta noble bebida. Los seudo roneros se arrepienten a la vuelta de la esquina y se les olvida cómo esta bebida embriagante les levanta el ánimo y pone a las mujeres cachondas. ¿qué si las pone locas? Vaya, tendría que escribir otra cosa acerca de eso pero aquella es otra historia, por el momento solo puedo dar esa aseveración. Por su efecto dulcero es un trago que se trepa de volada, mejor llegarle a los importados que a los nacionales y si se trata de uno bueno, no hay nada mejor como beberlo sólo y en las rocas.
TEQUILERO:
Casi muero por el tequila, y lo digo así, hablando literalmente. Digamos que fue durante tres o cuatro años en los cuales no bebí otra cosa que no fuera tequila, eso fue lo que inició mi camino de borracho, eso y la depresión crónica pero esta última vino de hace poco tiempo para acá. Recuerdo bien el día en que casi sufro una congestión alcohólica a causa del tequila, nadie que esté en sus cinco sentidos y que no esté iniciado en ese ritmo del borrachismo se metería botella y media de tequila blanco, solo, y después acompañarlo con media yarda de cerveza. Supongo que yo no estaba ni en mis cinco sentidos y mucho menos me había consolidado como un borracho decente. La cosa es que después de tanta euforia me la pasé cerca de dos horas vomitando en el baño, saqué hasta la bilis y lo peor del caso es que hay fotos, espero que estén bien ocultas y que quien las tenga las haya perdido, son de esas cosas de las que uno no está orgulloso pero que finalmente, pasaron. A todas horas y con el menor pretexto, y eso no nos cuesta trabajo, es como la regla del borracho, un buen briago nunca debe beber si no hay un motivo de por medio, ya sea bueno o malo, además los motivos para beber son más fáciles de encontrar que las estrellas en el cielo o las rayas en una cebra. Que si esto... salud, que si esto otro... salud. Hasta hace poco pensaba que ser tequilero tenía su chiste, implicaba algo de rebeldía en ello, de barbarie, de bándalo, tenía esa sensación de romperle la madre a los convencionalismos. El tequila se consideraba una bebida vulgar e inhóspita, solo para la plebe, al menos así fue hasta que el precio del agave subió a los cielos y ahora ya es bebida hasta de exquisitos, me siento culpable en ese sentido porque alguna vez me chupé una botella enterita de Don Julio que me salió en la módica cantidad de 869 varitos con 99 centavos neto. En ese entonces no tenía ninguna enfermedad que me impidiera beber a mis anchas, siempre me ha dejado un buen sabor de boca además de que me prende cuando ando ardilla, prefiero el tequila antes que nada, además de que me sé algunas bebidas exóticas con el. Aunque beba más de la cuenta las crudas me resultan no menos nobles, podría decir que hasta benignas, pues basta con respirar profundamente para que la resaca tequilera repose su mano sobre ti y te de una especie de caricia sutil y evocativa, profunda e intensa y que en muchas ocasiones te ayuda a pensar y a entender. Pero el tequila tenía un problema, que las mujeres preferían beber otra cosa, uy pues que fresas. Las mujeres que le llegan al tequila son pocas y se pueden contar con los dedos de una sola mano. Los pretextos se cuentan por miles, pero el más socorrido y empleado es el de: “es que es demasiado fuerte, prefiero otra cosa gracias” chales, eso es má una idea preconcebida que una sensación experimentada y comprobada, porque en el fondo el tequila nunca ha sido tan violento. Incluso dicen que es bueno para la salud, yo lo he comprobado, mi abuela todos los días se avienta su caballito antes de la comida y me podrán decir misa, pero ya va por su primavera número 86 y sigue tan rebosante como siempre, no se queja de nada y es muy activa, yo lo atribuyo al tequila.
WHISKERO:
Hace poco me compré un etiqueta azul que también me salió bastante caro, pero incluso el vendedor me dijo con un tono muy distinguido: “usted es todo un conocedor, señor” hasta me sentí importante, sobre todo porque le dije que el precio no importaba cuando se quiere disfrutar de un buen whisky. Por cierto, también he recibido reproches de más de dos por no haber compartido ni un trago, pronto compraré otro y ahora si lo he de compartir. El camino del whisky lo descubrí hace poco tiempo y se lo debo en gran parte al abuelo, siempre me ha gustado beber con ese sujeto, es todo un caballero. Algo tiene el whisky de civilizado que se siente rico al beberlo, aún en las circunstancias más descabelladas. Como que la jarra faculta de cierta probidad. Uno toma whisky y hasta habla con corrección. La conjugación de los verbos irregulares se facilita y hasta se pueden comprender idiomas extranjeros. La sintaxis se desenreda y aquellas frases antes abstrusas y pegajosas, ahora suenan musicales y perfectamente hilvanadas. Lo único malo es el vómito. Se anuncia con un hilito de saliva que escurre por la comisura izquierda y de repente te traiciona, el whisky es traicionero y el aire no le puede dar a uno porque ya valió madres, se suelta el estómago y deja salir todo lo que tenía adentro. Es como si aquella distinguida elegancia mostrara de pronto su peor cara.
VINERO:
Esta etapa se la debo, entre otras personas, al mismísimo Chema. Aquellos kalimochos son mortales pero cuando los acompañas de un buen amigo no hay gran apuro, sobre todo cuando descubrí el kalimocho blanco gracias a Oca. Podría decir que estoy medio atorado en esa etapa. Siempre que puedo me compro una botella de vino, me viento mis tintos antes de empezar a escribir, a veces, y si el vino da para eso, me lo aviento solo y es por demás reconfortante, me relaja y en cierta forma me exita. Media botella es suficiente para conciliar mi espíritu y exaltar a la imaginación. Desde que descorcho la tella voy sintiendo el hálito de la embriaguez. Tantos años vividos, tantos tragos acodado en la barra de algún bar ocasional, cuando ando de burgués siempre llego a algún bar y pido una botella de vino tinto, eso me da un lugar distinguido, eso creo. Pero por lo regular cuando compro un vino es para chutármelo en la casa y en mi mesa, con amigos o solo, con mujeres o solo, amigas nunca he tenido y creo que nunca tendré, la verdad ni quiero tenerlas; tantas tonterías dichas tantos enamoramientos, tantas lágrimas, tantos recuerdos y añoranzas, todo parece ir dirigido a la aspiración de aquel vino recientemente abierto. Uno de los vinos que más recuerdo es el que me trajo Isabel desde Francia, carajo, que sabor tan exquisito, lo compartí en ese momento con ella y con el chino, nunca me ha sabido tan bien un vino, bueno, una vez pero esa es otra historia y las circunstancias eran totalmente distintas, aquí se trata de amistad y de un vino desde la capital francesa, es totalmente distinto. Y enseguida a su deleite, lo único que me pregunto es: ¿hay que pasar por tanta inmundicia?
CHELERO:
Vaya, creo que esa etapa es intrínseca a mi, siempre he sido chelero y de por vida lo seré, con eso fue que me inicié en esto del alcoholismo, lo recuerdo bien, las primeras chelas en la casa de los vecinos y en los billares, es como recordar eternamente ese vicio de preparatoriano. Tengo tantas historias y tantas vivencias gracias a las bondades de una cerveza que sería imposible contarlas todas en una sola noche. Son muchos viajes, muchos amores, muchos desamores, incluso alguna vez, en un bar de la ciudad perdí a una gran persona, de esos amores que se pierden en un bar, y las chelas estuvieron presentes, fueron meros testigos. He compartido una cerveza con todo el mundo, con mi familia, con mis amigos, con mis hermanos, con las mujeres, con nacionales y extranjeros y en ese sentido estoy muy complacido y tranquilo, siento que no le debo nada a nadie. Mis mejores borracheras han sido con cerveza, ahora hasta las mujeres le entran a las chelas y ese trago siempre invita a pasar un buen rato entre dos personas, es el trago más fácil de encontrar y más noble en el mero sentido de que es flexible en cualquier ocasión. En bodas y reuniones, en cumpleaños y despedidas, en reencuentros y desamores, en situaciones cuando uno anda ardilla o en festejos, cuando gana o pierde el equipo de fútbol, en un bar, en la casa o en la oficina. Siempre he creído que la chela es como el sexo, no hay horario ni lugar establecido, es algo que llega en ese momento y uno esta obligado a disfrutar de ese momento. Las chelas siempre van de la mano con algo más, cuando uno se encuentra con una mujer, y si esta lo permite y lo quiere, se presta a que el trago de cerveza invite al valor, a hacer lo que en los cinco sentidos jamás se pensaría siquiera. Cuando uno esta con las chelas encima y tienes a una mujer al lado, puedes llegar a besarla sin ningún resentimiento, pena o pudor alguno, hasta se puede llegar a tener un poco más que eso, pero eso ya es otra historia.
También he sido vodkero y ginebrero pero eso ya corresponde a otra etapa de mi vida y la verdad, no es el momento de recordar. Cheers everybody !!!
La cuenta regresiva ha comenzado y yo nuevamente aquí, aventándome un trago. Tirado en mi recámara como suelo hacerlo todos los viernes antes de salir a ninguna parte, unas chelas nunca están de más para un buen sabor de boca mientras en el fondo suenan el Recodo y los Cardenales de Nuevo León, eso si es vida. Mi cabeza empieza a mal viajarse y empieza el recorrido, es cierto, ya me queda poco tiempo aquí y trato de disfrutarlo a mi manera, disfruto mis libros, mis películas, mis discos y sobre todo disfruto a mis amigos. Es triste que uno tenga que buscar tan lejos lo que le han negado en su propio sitio, negado o robado que para el caso es lo mismo pero ese no es el asunto, lo hecho ya no tiene remedio y hay que seguir. Desde hace unos días se me ha dado por ponerme nostálgico y eso que aún no me he ido, ya comienzo a extrañar muchas cosas y no encuentro el momento en que todo se complicó tanto, no se suponía que debía ser así pero por fortuna o por desgracia así es. Más mi nostalgia no ha sido fortuita, esta se la debo a muchas personas pero sobre todo a un cabrón que yo sé leerá esto. El muy cojonudo este me ha escrito algo que no tiene nombre, simplemente es insoslayable a mis sentidos, son cosas que no pasan de largo y que te marcan. Abuelo, sos un hijo de puta eh. Seguramente habrá mucha gente que ni se acuerda de mi, y otras personas a las que les haré mucha falta en mi corta o larga ausencia, pero a partir de la semana pasada descubrí que si alguien me va a extrañar, si alguien tiene las agallas suficientes para demostrarlo es ese señor, el abuelo es el indicado. ¿de dónde nació esta cofradía? ¿cuándo surgió esta complicidad? La verdad no lo sé como no sé muchas cosas, simplemente son cosas que llegan y se dan, conozco los factores pero no el origen. Es cierto que a veces lo considero injusto en cuestiones que solo nosotros dos conocemos, a veces no lo entiendo o de plano me identifico con su causa a la perfección. Quizá sea como usted dice, solo necesitamos un Play Station y algunas películas porno para estar bien al menos con nosotros mismos, puede ser que solo necesitemos rompernos la madre en el Smack Down o en el Tekken pero para nuestra fortuna compartimos más que eso. Nuestro gusto por el cine, por la literatura, el gusto compartido por la mujer y el dolor que este causa, somos masoquistas de nuestro propio destino, delineadores que marcan el encanto sobre las bondades por el alcohol y las desveladas. Puedo decir, sin temor a equivocarme, que de este singular sujeto he recibido algunos de los conocimientos más grandes, algunas palabras me han cambiado la vida y la visión que tengo de esta. Carajo, en estos momentos no queda más que agradecer todo lo que me ha dado, todo lo que le he aprendido y todo lo que me ha aguantado. Todo hay que decirlo. Quizá nunca coincidamos en sus teorías sobre el Star Wars y El Señor de los anillos, quizá siempre sigas defendiendo a Batman mientras yo siga siendo su detractor, es un hecho que nunca llegaremos a un acuerdo entre lo que opinas del Negro Iñarritu y lo que digo yo, jamás estaremos del mismo lado cuando hablemos del Spuki Pérez o Spanki o como le digan a ese pendejo y está más que claro que nunca me vas a prestar tu disco de éxitos de Michael Bolton, yo sé que te late pero está bien si no lo quieres reconocer, la cuestión amigo mío es que eso es lo que nos hace ser carnales, jamás te va a latir el corazón como a mi cuando escuchemos una rolota del Bon Jovi pero siempre estaremos unidos al escuchar a los norteños, siempre sentiremos lo mismo al escuchar el Radio tucan, somos del mismo bando cuando escuchemos el Untouchable o cuando aconsejemos al Chinansky, nunca opinaremos lo mismo sobre el cine tarantinesco pero ahí estaremos en cada película de Kurosawa o de Takashi Miike, ahora ya estamos más cercanos en nuestras opiniones de la venganza gracias a Chon Wook Park y su Old Boy pero finalmente nos hemos dado cuenta de que sencillamente somos hombres mortales y no somos tan distintos, después de todo. Usted seguirá siendo un mamón con su sistema operativo Mac Os Panther o no sé que madres, mientras yo sigo con mi humilde Windows 98, ya lo veo en un futuro con su iPhoto traída desde la tierra de los mayas mientras yo sigo con mi camarita descompuesta por el agua, usted seguirá con sus cuentos que me hacen pensar demasiado y yo seguiré con mis ensayos y mis poemas, pero al final tenemos una cuenta pendiente, tenemos una trilogía de cortometrajes por hacer envueltos entre tragos de pulque, risas y llantos. Aún tenemos rolas por escuchar, discos que compartir y chelas con las cuales brindar, usted con su mezcal y yo con mi caguama, como buenos borrachos que somos, aun nos quedan escritos y platicas, aún tenemos que debatir sobre el yeyo (jajaja ese wey nos cambió la vida eh) pero sobre todo y desde acá o desde cualquier rincón del planeta donde me encuentre, aún tenemos consejos y pláticas budistas al menos hasta que aprendamos a perdonar, quizá nunca lo hagamos pero ya puedo decir que, con mucho trabajo, lo estoy intentando abuelo y creo que nunca me habría planteado esa posibilidad de no haber sido por usted. Por todo eso y por muchas otras cosas más, no me queda más que decir: “Nasdrobia ijo”
Desde el Otro lado de la Pantalla, Tu Carnal en el Mundo. Giallo...
amanecer? atardecer?... no lo s�, pero si s� lo que dice Bunbury. "un momento se va, y no vuelve a pasar"
Cada vez es solo un momento. Cada instante es irrepetible, incomparable. Un segundo nunca es igual al siguiente, Es una gota fugaz de lluvia acompasada y discontinua. Cuando me recuerdo, otro me veo, Es el presente, un futuro, el pasado del mismo recuerdo. Quien fui es alguien que odio, alguien que amo, Alguien que extraño pero solo en sueños. Nunca soy el mismo, solo soy memorias. Pequeños espasmos y copos de nieve, cambiantes. Si me busco no me encuentro, nunca estoy; Soy el presente y nada más. Muero y vuelvo a nacer hoy y todos los días, Soy el fantasma que nunca está. Y la lógica predeterminada que perturba mi mente No es mía ni del pasado visto, Sino de quien me habita, de quien me posee, De esa persona que soy yo visto a través De unos ojos bruñidos por el silencio. Nada, absolutamente nada, sino el instante mismo, me conoce. Mi mismo recuerdo es nada, mi mismo futuro es nada. A veces, por las noches, Siento que quien soy y todos Los que alguna vez fui, simplemente, Son sueños diferentes.
alguna noche de inconciencia digerida. Giallo... Agosto 2005.
Amarte es más que indagar tu pensamiento, Es más que masturbar el deseo de la realidad. Amarte es una duda, una pregunta, Una flácida y enfermiza caricia. Es mirar una estrella fugaz Y querer alcanzarla con mis deseos pies de plomo. Es condenarme a las promesas de morfeo Y entrar en ese mundo de oníricos sentimientos. Amarte es una cólera secreta. Es un peso abrumador de calcarte entre mis huesos. Es engañar a mi conciencia Y tentar a la razón diciendo que vendrás. Amarte es querer saber lo tuyo Y es el temor intrínseco de al fin saberlo. Es reinventarme tus pasos, tus silencios, tus palabras Y saberte así cuando te alejas. Es fingir que no hubo nadie antes, Es imaginarme que fui el primero y el último. Amarte es una implacable necesidad de tus manos, Una gula voraz que nunca se sacia. Es encontrarme un sitio entre tus brazos, Un lugar para abandonarme entre tu pecho. Amarte es quitarme el frío y devolverme el sueño Mientras me escondo entre mis poemas desdichados. Amarte es reinventarte con palabras, Es una lacónica y luminosa interrogante. Es una inquietud que me asalta por las noches Y penetra entre mis ojos y mis manos que te ciñen. Amarte es describirte de manera involuntaria, Es copiar tus modos en mi mente y acariciar tu huída. Es unirme a los proscritos Y perderme, confinarme en un futuro negado. Es extrañar rebeldemente, es la súplica De tocar la imperfección de tus labios. Es traspasar la barrera de lo permisible Y penetrar en tu lejanía impenetrable. Amarte es odiar tu ausencia, Es añorar tu respiración acompasada, Es provocar el justo instante, inventarlo en un escrito; Emborracharme de un espasmo de una lúcida memoria. Es percatarme de mi diáfano pesar y suspenderme en el. Es una sed, una llaga, una perenne locura. Amarte es una herida que nunca sana, La entrega de mis insomnios terrenales y mis tardes perdidas. Amarte es una mórbida y súbita avaricia. Es disolverme y fundirme en lágrimas castradas, Es tocar entre mis sueños una silueta desenfocada Y quedarme con tu esencia huidiza, intangible. Es sembrarme en un momento fugaz, Un instante entre mi sueño y mi realidad. El segundo suficiente en que recuerdo haber visto Una memoria quimérica, una efímera verdad. Amarte es vivir la misma muerte desgarradora, Esbozar la muerte provisional e impertinente. Es una insólita lujuria, es enmudecer en mis sentidos, El hecho trascendente de trastocar apenas tu sombra. Es contarte mis secretos más recónditos Y tener hambre de eternos pasados inconclusos, Es nunca tener la palabra exacta para reclamarte, Nunca encontrar el momento justo, la sonrisa perfecta. Amarte es atormentarme en mis senderos insurrectos, Es pervertir la memoria y disolver el sentido común, Traspasar la línea de la razón y la locura Para internarse en un sentimiento verde y nulo. Es escribir y no por talento, Sino para redimir la impotencia heredada. Amarte es martillar mis deseos y sacar mi coraje, Desquitarlo entre escritos y filosofías Sabinianas. Es correr sin descanso hacia ninguna parte. Emprender la huída de esta vida que carcome con falacias. Amarte es convertirme en despojos de materia Y sucumbir ante una envidia aprendida, siempre despierta. Pero amarte también es quedarme dormido, Es descansar y sellar los ojos por un momento. Es esperarte sentado en la luna Con los pies descalzos, dueños de un andar cansado. Amarte es sentirme incompleto, es el principio y el final. Es dejar que el narcótico invada mi cuerpo Y nadar en mi río de tinieblas y olvidos; Navegarte sin rumbo y mantenerme a la deriva. Amarte es al final, relegarme a escritos insomnes. Amarte es inventarte un poema sin final. Porque amarte es concluir sobre mi piel el sentido de la indolencia.
“Amo el arte, pues de todas las verdades absolutas de este mundo, es la única que no miente”
Hoy me levanté como en un sueño. Me he preguntado muchas cosas en lo que va de esta semana, de entrada me he preguntado el ¿qué hago aquí?, y no es una pregunta metafísica ni ontológica, no es existencial ni profunda, es meramente curiosidad. Aún no encuentro una respuesta lacónica a esta interrogante, no encuentro motivos para estar aquí ni en ninguna otra parte, ya no me siento cómodo en ningún sitio. Ayer regresé a mi escondite, ese en el que nunca hay nadie más que yo, era de noche y me la pasé contemplando las luces de la ciudad, luces que tiritan a lo lejos, un sin fin de posibilidades ocurriendo al mismo tiempo en un mismo lugar, y sin embargo, me sentí... ¿como decirlo?... desconectado. Hace meses que no me siento partícipe de la realidad, creo que todo pasa, todo ocurre pero yo solo soy un simple espectador, nadie parece percatarse de mi presencia, no tengo un objetivo o al menos aún no lo encuentro. ¿por qué siento que todo es más real en mis sueños? Últimamente he soñado bastante, sueños inconclusos o incoherentes pero que de alguna manera tratan de decirme algo, seguiré trabajando para descifrarlos, uno nunca sabe cuando un sueño puede llegar a ser una premonición o cuando menos algo importante. ¿será que estoy atrapado en este lugar? ¿estoy solo? A menudo suelo pensar que estoy atrapado en una realidad alternativa, en un mundo que no es el mío, en un tiempo, un lugar y un espacio al que no pertenezco y por error estoy en el. Todo este bagaje de locura y sin razón, de paranoia quizá es producto de muchas cosas que he leído, las personas escriben cosas realmente interesantes que de alguna manera me hacen sentir acompañado, es como estar del otro lado del espejo, otra dimensión de la que nadie o pocos se han percatado de su existencia. Es una realidad más tangible y sincera que la de este lado, la mayoría de esas personas escriben-dicen lo que piensan, incluso algunos ven el mundo como lo veo yo pero ¿dónde están ellos? ¿cómo los encuentro? Y nadie me contesta. Mientras yo me encuentro atrapado aquí, en este lugar tan falto de imaginación, decadente de expectativas y posibilidades, en este universo cuadrado. Otro viernes como tantos, escuchando en el radio la misma estación de todos los días, las mismas canciones baratas de todos los días, todo es una copia de otra, los mismos grupitos pop sin mayor gracia, la misma gente de la oficina haciendo las mismas cosas y teniendo las mismas conversaciones, y yo, sentado en mi lugar haciendo pagos y nóminas, números infinitos que nunca terminan, aburrimiento las 24 horas del día, sin parar, sin descanso, día tras día, hora tras hora, como siempre. Esta semana ha estado muerta, no ha ocurrido algo importante, de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, solo me complacen esos pequeños ratos en los que salgo a correr o mato el tiempo en el fútbol. Somos almas perdidas en el infierno amenazador de la rutina. Mi verdadera vida empieza por momentos esporádicos, obedece solamente a las noches cuando logro dormir, cuando puedo soñar. En mi mundo de los sueños todo es más interesante, hay más posibilidades y las cosas realmente importantes adquieren su lugar, en mi mundo soy otra persona, el mismo pero otro de algún modo, ahí soy libre. Lo malo es cuando despierto de nuevo, vuelvo a tomar mi lugar para remar en este barco de esclavos, de no ser por mi continua búsqueda de la verdad mi vida ya se habría vuelto totalmente rutinaria, eso es lo único que no me permito, no permito que me gane la desidia, la desventura, las reglas no razonadas que se han hecho simplemente para hacernos obedecer sin criterio alguno, la mera falta de sentido común ante la obviedad. Alguna vez leí que los libros se hicieron para hacer tangibles las verdades evidentes, creo que esa teoría no está tan equivocada, finalmente una hoja en blanco es nuestro mundo, es donde escribimos nuestras inquietudes, la cama donde acariciamos nuestras ideas, nuestros pensamientos insolutos, aquí no hay más regla que la del escritor, uno hace sus propias reglas, no hay límites y en ese sentido un escrito es más real que la realidad misma. Me atrevo a pensar que la idea de vivir dentro de una Matrix no está tan alejada de la realidad. Dentro de esa teoría se establece la caída de la era de los seres humanos por parte de las máquinas, la inteligencia artificial toma el control de un mundo apocalíptico propiciado por el hombre, es el ser humano quien en su afán de un control absoluto se transforma en el arquitecto de su propia destrucción. Nace entonces la simbiosis entre el hombre y la maquina, una dicotomía en la que ambas partes son inseparables, el hombre como esclavo de su creación. Viéndolo desde una simple analogía podríamos estar viviendo esa Apocalipsis del ser humano como tal, nos estamos convirtiendo en máquinas sin sentido, obedeciendo sin razón, lo miro todos los días, somos esclavos de nuestras propias incertidumbres, de nuestros agobios, de nuestras preocupaciones que han tomado un lugar de importancia que no les corresponde. Todas las mañanas salen camiones llenos, embarques que transportan a los esclavos a sus oficinas, a sus trabajos aburridos mientras el horario se prolonga hasta la noche cuando los mismos embarques regresan transportando a los esclavos rumbo a sus celdas. Campos eternos de humanos desprovistos de sueños y de milagros, simplemente esperando una solución caída del cielo, o al menos esperanza porque la han perdido desde hace mucho tiempo. La única distracción de estos hombres relegados a una vida sin descanso son los días como este, los viernes y fines de semana en los que se puede matar el tiempo en algún bar bajo la bondad de una cerveza. Esto al menos hace la vida un poco más soportable. Es una forma de desconectarse de la realidad, una escapatoria hacia un mundo que existirá solo por algunas horas, solo mientras duren los tragos. Trabajamos para desconectarnos de nuestra propia realidad. En este mundo ya no son necesarias las máquinas para doblegar al hombre, en este mundo el hombre se tiene a sí mismo para cumplir esa tarea, somos prisioneros de nosotros mismos dentro de nuestras circunstancias, prisioneros de nuestros ideales y nuestros demonios, no existe entre nosotros una relación verdadera, el hombre es un ser sociable por definición, siempre busca hacer sociedades, es una criatura que busca la compañía de algo porque muy en el fondo sabe que se encuentra realmente solo y no soporta esa idea. La soledad le asusta, la soledad le oprime, sin embargo, está confinado a vivirla de alguna manera, un espacio negro, oscuro, un espacio que representa la nada. ¿será que soy yo el que está mal? ¿será que solo yo me he percatado de todo esto? Las respuestas no las tengo, solo escribo lo que creo, después de todo no es una idea tan descabellada. Quizá lo único que pasa es que aún no entiendo la dinámica de esta vida, quizá solo necesito a alguien que me la explique porque simplemente no me puedo resignar a que todas las cosas sean así y no de otra manera. Ante esta inminente realidad lo único que me queda es huir, salir corriendo hacia un rumbo desconocido. Hay quienes piensan que huir nunca ha resuelto nada, no obstante, yo creo que hay ciertos asuntos que están mejor sin arreglo alguno, bajo esta premisa a veces lo mejor es salir huyendo de todo, es solo tomarse un tiempo libre, descansar y regresar a lo mismo para seguir combatiéndolo, ver las cosas desde otro punto de vista, desde otra perspectiva. Para mi es salir a buscar algo, no sé que sea y supongo que lo sabré cuando lo encuentre, buscarme una solución y encontrar a gente como yo, pues creo que fuera de aquí quizá existan otros como yo y salir es la única forma de comprobarlo. Vaya, creo que esto ya lo soñé, quizá no lo soñé pero creo que ya he hablado de esto, creo que ya escribí esto en algún momento. ¿pudiera ser una premonición? Se dice que solo es una diferencia de segundo, una falta de oxígeno en el cerebro lo cual crea el efecto de haber vivido el suceso un momento antes. No lo sé de cierto, solo sé que me pareció haberlo soñado. Uuuyyy que miedo... Dejá Vú.
Notas al pié: Sólo como pequeñísimo dato cultural, un argumento por el cual huir.
Se dice que los peces voladores en un primer momento comenzaron a salir del agua dada la necesidad de huir de sus depredadores. Huyendo de sus temores fue la única forma en que aprendieron a volar. Todo es cuestión de evolucionar.
En un momento vago de lucidez Comprendo mucho y a la vez nada, Me quedo con mis libros de cabecera Y este par de ojos muertos por el escarnio Del mundo muerto, infeliz y escurridizo. Vislumbro rayos de cordura en mis lejanías. Comprendo que no solo quien nos odia Y no solo el que nos envidia nos limita y oprime, Quien nos ama o dice hacerlo Ejerce a mayor fuerza el subyugo del poder. Me quedo entonces con mis manos que no paran, Con estos pequeños instantes en mi mente, Donde llevo clavada tu risa, tu llanto, tu miedo. Que los Dioses me concedan La fría libertad de las costumbres sin nada. Pues quien quiere poco, lo tiene todo; Pero quien quiere nada goza de la libertad verdadera. Quien no tiene y no desea, siendo hombre, Es igual a los Dioses.
3:22 am. Madrugada perdida de Agosto 2005. Giallo...
“momentos antes de llevarnos, la muerte nos sonríe, lo único que nos queda ante la inminente derrota es devolverle la sonrisa...”
He encontrado un lugar escondido en mi mente, Es un sitio frío, es un lugar de reposo. Solo hay oscuridad y un silencio penetrante. Existe un cuadro febril que se coloca al centro de mis ojos. Una pintura, un retrato de mi alma entera y descompuesta. Y pasmosamente sabio y tristemente profundo, Elemental y elocuente, tan agreste como barroco Y horriblemente completo. Tiene un significado más intenso que el que las lágrimas dan Y los miedos humanos tienen. Encierra un frío y una opresión Que no se experimentan dentro de este mundo. Es más intenso que la realidad, que la locura humana, que el pesar. Viene como un suave aroma, Una leve esencia de aquel cuadro misterioso. Se destila entre cervezas, entre cigarros y caricias escondidas, No hay lugar, no hay cabida para nada más. Solo el eco me excede entre paredes de cristal negro. El nombre del pintor es una incógnita Y el propósito del cuadro aún se desconoce.
en las noches de extravagancia fortuita de Giallo... Agosto del 2005.
Me siento a escribir, como todas las noches. Mientras enciendo la computadora tomo un cigarro y lo coloco entre mis labios, esta noche tengo ganas de fumar mientras se me ocurre alguna idea. Pienso y la tengo, de hecho la idea la tenía desde la semana pasada solo que no le había encontrado forma. La idea vino desde que fui al banco el viernes pasado, carajo que imagen más burda, tan poética como dantesca. Paso a explicarlo. Estaba yo el viernes esperando mi turno para pasar a una caja, cambiar cheques nunca ha sido uno de mis pasatiempos favoritos, siempre le ponen mil peros al mugroso papelito, eso me jode a sobremanera y por lo regular siempre termino peleando con el cajero y con el gerente, de hecho desde hace unos meses creo que me he vuelto un tipo algo violento, es la forma de quitarme el estrés y sigo buscando a alguien que me de una buena madriza pero algo siempre lo impide, en fin, este no es el caso. Todo iba bien, yo escuchando algo de música, recuerdo bien la rolita y creo que será la que marcará ese momento como una fotografía mental, era alguna canción rescatada de los áticos perdidos de The Doors, ahí estaba contemplando al mundo entero, me gusta mirar a la gente con la esperanza de que alguien me sostenga la mirada, a menudo invento historias y he aprendido a conocer a las personas por pequeñísimos detalles que muestran a los demás sin que se den cuenta, al parecer nadie lo nota excepto yo, es fácil cuando la mayoría de las personas pertenecen a un estereotipo bien establecido. En un banco te puedes encontrar con la gente más rara o en su defecto con la más falsa, pequeños disfraces en un baile de nunca acabar. Turno 552 y yo que tenía el papelito con cien lugares más adelante, demasiado tiempo para permanecer en un banco cuando de repente apareció ella, ahí estaba, una mujer afrodita, de esas que dan miedo de tanta belleza consumada en una sola persona, y el tiempo se detuvo, perdimos presión en la cabina. Le di una mirada de scanner malicioso por unos instantes, no lo voy a negar, sin embargo no me pareció encontrar nada nuevo, al menos nada de lo que no haya visto antes en las revistas de moda dosificadas en papel couché. Una mujer un poco alta y delgada, una figura casi perfecta, cabello rubio y una cara muy estética con un tono de nadie me merece en este mundo, una blusa con un escote prominente, pequeños tirantes sostenidos de unos hombros que daban lugar al nacimiento de un cuello largo y femenino, una cintura muy pequeña y delicada adornada en la parte trasera por un tatuaje muy a la moda, pantalones de mezclilla deslavada, justos que hasta pareciera que primero se debe untar de mantequilla para poder entrar ahí, pies descubiertos entre unas zapatillas plateadas como de vestido de noche, hacían juego con la bolsa que llevaba colgada a un lado, una mezcla entre chica grupi y habitante de condesalandia con aires de modelo en revista Vogue. Como dije antes, nada nuevo. Al menos a mi no me lo pareció, no soy de los tipos que ven con añoranza a todas las chicas guapas que le pasan de frente, de esos que gustan de las miradas desdeñosas por parte de las bellas féminas, la verdad es que lo que me agrada de ver a una mujer guapa es la situación, siempre tras de ella irán uno o quizá más de dos tipos viéndole las nalgas, babeando por ese contoneo urbano, eso es lo que me agrada de esa situación desigual. A veces hasta me harta ver a tanta mujer guapa deambulando por las calles cual zombis, con su carita de “soy totalmente pendeja” ( o palacio que para el caso es lo mismo) vistiendo su ropa bonita y esa es la causa de este escrito que en cierta forma llega a ser una crítica. No soy así, no me gusta babear ante un buen par de nalgas que eso no quiere decir que no me agraden, es simplemente que cada cosa tiene un sitio y un tiempo delimitado, y hacer de ese gusto algo público y notable se me hace algo tan repulsivo y vulgar que cada vez que miro a los hombres sucumbir ante eso temo haberme contagiado de alguna manera. Creo que por eso no me gusta ir al banco ni a los centros comerciales, no me gusta ver cosas que seguramente nunca tendré y no es por falta de capacidad, es simplemente que tengo otras prioridades. No me gusta quedarme con el mal sabor de boca, con el gusto intangible en las manos, no me gusta estar gobernado por la ley de mira pero no toques, eso se me hace algo tan zafio que mejor no miro, solo lo hago de forma natural, como quien mira al cartero o al barrendero, es ponerme a la misma altura y poder ver esa situación desde otro punto de vista, algo mas imparcial. Estoy conciente de que tengo amigas y conocidas muy guapas, extremadamente guapas pero nada más, nunca busco una conquista, no me gusta comprar problemas ajenos, al menos estoy cansado y aburrido de eso por el momento. ¿de qué le sirve a uno mirar si no se tiene el valor ni de decir “hola”? y que no me vengan a mi con que no es mirar sino admirar, porque admirar es otra cosa muy diferente a lo que veo todos los días en la calle, admirar es algo totalmente opuesto a lo que vi en el banco ese viernes. Decía pues que entro aquella mujer y todos, absolutamente todos los hombres empezaron a salivar cual perros hambrientos, imaginariamente los vi a todos como perros, eso es lo que separa a los hombres de los simios y en este caso es lo que separa a esos tipos de mi. Solo me senté a mirar el espectáculo, la mujer se movía de un la do para otro, recorrió todo el banco con el típico celular en mano, una conversación que a mi más bien me sonaba a un ego enorme, sus pasos largos con un dejo de admírenme simples mortales, sucumban ante su diosa y al parecer tuvo efecto, consiguió lo que quería. Todos cancelaron lo que estaban haciendo para mirar a aquella venus salida de la imaginación de varios, incluso los que fingían no estar mirando, a mi solo me dio risa que no traté de ocultar, después de todo solo estaba analizando ese extraño fenómeno y lo viví como nunca antes lo había hecho. El cajero no pudo parar de verla y por un segundo juro que miré en su rostro como maldecía estar trabajando en ese momento y no poder atender a lo que sus ojos necesitaban desesperadamente, el hecho de repudiarse por no ser más que el simple cajero, no podía atender a su monitor y mirar a aquella mujer al mismo tiempo, simplemente no podía y eso lo tenía desesperado, casi enojado jajaja. Hubo un tipo calvo que incluso se paró para cederle el asiento, ella por supuesto se negó, que humillante ¿cómo pueden arrastrarse así? ¿acaso se han perdido el respeto propio? Eso si que es patético jajaja. La tipa se paseo un par de veces frente a donde yo estaba parado, pero juro que no la miraba a ella, miraba a los demás y como la desnudaban con sus ojos inyectados en sangre libidinosa, supongo que al mirar su incapacidad de contagiarme de aquel veneno prodigioso, esa mujer dejó de caminar por aquél rincón. Ahora bien yo me pregunto: ¿esas mujeres estarán concientes del efecto que logran? ¿lo harán a propósito? ¿con qué fin? ¿lo desconocen? ¿lo harán solo para joder? ¿pretenden lucirse de alguna manera? ¿buscarán satisfacer su ego?. Yo creo que sí están concientes de lo que provocan y sí lo hacen a propósito, aunque desconozco los fines que tengan. A veces me gusta imaginar que mientras yo escribo allá afuera están esas mujeres esperando, jugando con los pobres hombres carentes de ideas y de visión, ¿acaso no se dan cuenta de que todo es un juego? Porque realmente y vuelvo a lo mismo, todo es una lucha de poderes. Solo pensemos por un momento ¿qué le gusta a la mujer? ¿qué busca? Es simple, busca sentirse deseada, querida, busca ser el centro de atención en todo momento pero cuando no lo logra se frustra y trata de ocultarlo con el desprecio hacia esa persona que no la nota, que no la sabe de esa manera. Me hice de una nueva analogía para tratar de explicar esta teoría, las mujeres son como los grandes espectaculares, buscan llamar la atención para venderte algo que no necesitas realmente, la mayoría de las veces lo consiguen pero cuando no lo logran, esa publicidad sirve de nada, es algo parecido. Todo es cosa de ser un poco más versátil, de ser un profesional en las propias palabras de Pazos, cuando uno se da cuenta de el juego en el que estamos metidos es entonces cuando la cosa se vuelve más pareja, entiendes cuales son las reglas del juego y cual es el propósito, el hecho de sucumbir al otro, el hecho de gobernar y ser gobernado con parsimoniosa armonía, pero los pobres hombres no saben de esto y es por ello que, y lo digo con mucha desilusión, las mujeres terminan por ganar el juego la mayoría de las veces. Caramba, si yo hubiera tenido ese conocimiento dos años atrás quizá no estaría escribiendo nada de esto, por desgracia apenas lo aprendí y por desgracia también el precio de ganar es la soledad, al menos en nosotros los hombres. Yo no estaría solo si me permitiera gobernar por alguna mujer guapa, una que me exprimiera el mucho o el poco dinero que tengo, el pagar por un servicio que ni siquiera está completo pero mis principios me lo prohíben, al menos la soledad me deja un sabor de tranquilidad. Pienso que esas mujeres frívolas lo hacen para tapar el sin sentido de sus huecas vidas, porque no se llenan con otra cosa, desesperadas por encontrar un milagro de poder, o al menos esperanza porque la han perdido desde hace mucho tiempo. ¿de qué les sirve ponerse tan guapas si no pueden contener esa pared inaccesible? Lo razonable sería atraer a los hombres para conocer a cada uno, sin embargo, es solo una trampa, un truco que utilizan para mostrar su grandeza, el lujo de despreciar con una mirada, ni siquiera con un no, solo con la mirada. A lo que me refiero es que una mujer es más que un cuerpo, es más que el físico y todo lo banal que representa, sin embargo, esto no parece válido sin que ni siquiera una mujer lo tome en cuenta, a veces ellas mismas reducen su imagen a eso, solo la connotación sexual y ante eso no se puede hacer mucho, esa es la verdad sobre las mujeres afroditas o al menos lo es para mi. Suelo pensar que es por esa razón que existen hombres jorobados, no es por alguna deficiencia física, es más bien porque están agradecidos de que alguna vez una mujer afrodita los miro directamente y quizá hasta les regaló una sonrisa, entonces su manera de eterno agradecimiento es esa, mirar hacia el suelo como gesto de nobleza y redención. Alguna vez me puse un viaje con un amigo antes de dormir, el incrédulo me preguntó ¿enserio no les ves las nalgas a las viejas? Su comentario me pareció tan bodrio y fuera de lugar que solo le contesté con una risa socarrona, le dije buenas noches y apagué la luz.
Aunque creo que nunca me llegaré a conocer por completo supongo que soy una persona sencilla, siempre le ando buscando el lado humano a las cosas aunque hay personas que creen que soy hermético, me gusta mantenerme a la expectativa de todo, creo que la vida es una aventura y no me gustaría vivirla siguiendo un mapa, mi filosofía es que en la vida te tienes que divertir, lucho a cada día por ser una persona auténtica, algunas de mis grandes fallas es que soy un orgulloso declarado y por demás rencoroso, no olvido fácilmente. Me encanta la libertad y soy amante de los momentos elaborados gracias a la virtud de una cerveza, soy algo extremista, aprendiz de todo y víctima del entorno, antihéroe despeinado y siempre con ojos de taciturno aunque sean las seis de la tarde, defensor de las causas perdidas e insaciable buscador de un mundo perfecto aunque sé que nunca he de encontrar, pensándolo bien creo que soy una persona muy compleja pero entretenida... si, creo que así soy.